
Todavía me estoy relamiendo mientras me imagino a un levantador de piedras vasco, con su espada al hombro y el sonido de la txalaparta de fondo mientras realiza cualquier tipo de hazaña. Nada que ver con la frialdad de una espada láser o el uso, siempre torticero, de la fuerza para medrar en un combate. Es otra liga, imaginarte a un tipo con espada, señor del acero, luchando por conquistar una ciudad cutre o masacrando una población olvidada. La mítica la tomaron grupos de metal como Manowar, si no lo conocen póngalo en cualquier buscador y miren una foto, entenderán de lo que hablo. Son los representantes de esa ola Friki, en su versión musical. Todo pues auguraba un gran artículo, algo escandalosamente improcedente, inhabitual en el formato acostumbrado y tras repensarlo mucho terminé de leer el título… mejor no lo hagan, un bajón tremendo, un fin de fiesta mental de la leche. Con gusto podían haberlo obviado y dejado a los lectores con esa idea mítica en mente. Una lástima.La realidad es mucho más cutre que cualquier realidad del mundo Friki, tan cutre como para no tratar sino de dinero y de cosas que el propio Conan despreciaría con un gesto e Iñaki te lanzaría una piedra a la cabeza. La realidad es mucho más cutre que cualquier ficción.Les pongo el enlace para que no sientan que les estoy tomando el pelo:http://ow.ly/zDHA301yUgR
Sergio Torrijos
