Los servicios de correo electrónico temporal son muy útiles para suscribirnos a sitios web que queremos probar pero que no nos fiamos de que después nos puedan bombardear a spam. Uno de estos servicios es por ejemplo Yopmail, sobre el que ya escribí hace un tiempo. Su uso es muy simple: en lugar de registrarnos en una web con nuestra dirección de correo real lo hacemos con una temporal de Yopmail; para ello elegimos un nombre cualquiera y nos registramos como [email protected].
A partir de ahí todos los emails que nos envíen desde ese sitio irán a parar a nuestra bandeja de entrada de correo temporal, y para verlos basta ir a la web de Yopmail e introducir en el casillero correspondiente el nombre que hemos utilizado. Pero claro, hay una cuestión, y es que es nuestra bandeja de entrada ... y la de todos los que hayan elegido el mismo nombre, de modo que nuestro correo quedará a la vista de todos ellos.
Por tanto es evidente que no se debe utilizar para registrarnos en servicios que vayan a enviarnos correos que contengan información privada. Bueno, pues parece que no es evidente para todo el mundo, y si no ved el siguiente caso de un señor que ha hecho que le envíen su factura telefónica con sus datos personales a una dirección de correo temporal visible a todo el mundo, y que me he encontrado cotilleando en Yopmail.
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Cuando lo vi pensé que sería un correo spam falso, pero no, es auténtico, con su factura en pdf en el fichero adjunto.
Y encima se suscribió con un nombre muy común de modo que queda muy accesible en Yopmail. O no le preocupa su privacidad o quizá se registró con la intención de que simplemente le enviaran ofertas, pero resulta que le están enviando las facturas e esa dirección de correo temporal.