Título original: Shiva
Directores: Ronit Elkabetz
Shlomi Elkabetz
Guionistas: Ronit Elkabetz
Shlomi Elkabetz
Intérpretes: Ronit Elkabetz
Albert Iluz
Yaël Abecassis
Simon Abkarian
Hana Laszlo
Moshe Ivgy
Keren Mor
Productores: Guy Jacoel
Yochanan Kredo
Elie Meirovitz
Eylon Ratzkovsky
Jean-Philippe Reza
Yossi Uzrad
Fotografía: Yaron Scharf
Música: Michel Korb
Sergio Leonardi
Montaje: Joel Alexis
Nacionalidad: Israel
Francia
Año: 2.008
Duración: 103 minutos
Edad: 13 años
Género: Bélica, Drama
Distribuidora: Barton Films, S. L.
Estreno: 05-06-2.009
Página WEB: Web Oficial de la distribuidora en España
Calificación:
Crítica: 7,123 Espectadores: 1.172
Vizcaya: 6,469 Recaudación: 6.829,25 €
España: Puntos (Popularidad):
Rugoleor: Índice de popularidad:
Sinopsis:
Israel, 1.991. La familia Ohayn llora la pérdida de un querido. Según la tradición, los familiares deben reunirse en casa de la persona difunta durante siete días. Mientras todos parecen acatar la tradición, el rencor y las disputas familiares comienzan a vencer al luto. Los miembros de la familia comienzan a desenterrar verdades perdidas tiempo atrás y la atmósfera se vuelve cada vez más y más agobiante.
Siete son los días de luto que manda la tradición en Israel, según este film de los hermanos Ronit y Shlomi Elkabetz. Y no se trata de un luto confortable. El clan no puede ni dormir en camas, ni sentarse en sillas, ni comer carne, ni mirarse en el espejo, ni salir a la calle… Tal vez la familia pueda respetar tan estrictas reglas, aunque eso no excusa una hipocresía que esconde fisuras, enfrentamientos, rivalidades… Será sin embargo, una semana con tiempo para todo, incluso para la risa y el perdón.
Crítica:
11.06.2009 – ANTON MERIKAETXEBARRIA
Retrato de familia
“Los siete días” es una densa, compleja película israelí que se centra en el retrato de una familia, no muy diferente a la de cualquier otro lugar del mundo, incluido el nuestro, reunida con motivo del fallecimiento de uno de sus miembros. Lo cual da paso a la inevitable descripción de estados de ánimo, marcados a fuego por el respeto a las tradiciones, que unos aceptan y otros rechazan. Al tiempo, heridas mal cicatrizadas surgen de improviso en uno de los momentos más dramáticos de la película, alargada en exceso, pero que atesora secuencias de buen cine, hondas reflexiones sobre lo nuevo y lo viejo, sobre las actitudes fanáticas, la intolerancia y sus funestas consecuencias.
Sumidos en cotidianos interiores, con una cámara perfectamente estática, a base de largos planos-secuencia, acosando con dureza a un sólido equipo de intérpretes, ambos realizadores (autores de la inédita entre nosotros “To Take a Wife, 2.004”), se esfuerzan -y a menudo lo logran- por involucrar al espectador en los rifirrafes de todos ellos. Amores y odios, verdades y mentiras, la aceptación del otro, por muy distinta que sea su manera de ser y de pensar, lo arcaico, la violencia en general, la crisis permanente en que parece sumida la sociedad israelí de ahora mismo -aunque la película transcurra en 1.991-, están en la entraña profunda de “Los siete días”.
Título que hace referencia al período de tiempo que dicho núcleo familiar debe velar a su ser querido; de ahí el título original: “Shiva”. Película inusual y exigente, en ocasiones difícil e incluso incómoda, que entre risas y lágrimas nos describe una lacerante realidad; por si fuera poco, llamando a las cosas por su nombre, en una actitud de honestidad y responsabilidad a prueba de bombas. Se trata, en suma, de un esfuerzo creativo sobrio e impecablemente funcional, anclado en la autenticidad de los recursos de unos cineastas sensibles que saben dar con el tono exacto para expresar lo que nos querían decir.