Quizás no haya sensación igual que la de compartir afición con un hijo. No se trata de obligar a tus hijos a que les guste lo mismo que a ti, sino de encontrar aquellas aficiones que compartís. Abrir los ojos, mirar a tus compañeros y encontrar en uno de ellos una conexión que va más allá del fútbol, un vínculo padre e hijo del que nos podrían hablar al respecto los Gudjohsen, los Bazalar, los Morales, los Gallo, los Acosta y los Pandiani.
El delantero argentino de River Plate, Giovanni Simeone, está siendo una de las revelaciones de este comienzo de año en el fútbol argentino. Al hijo mayor del Cholo no le pesa el apellido, su acierto con las categorías inferiores de la selección albiceleste ha puesto en el escaparate al ariete. Según apuntan medios argentinos, Madrid, Atlético y padre ya le esperan.
Los Clough, los Cruyff, los Maldini, los Bradley, los González, los Zidane y ¿los Simeone? Las circunstancias cambian, no compartes afición que también, tu padre ahora es el jefe, tu hijo el empleado, esto no suele ser fácil. No es lo mismo “trabajar con” que “trabajar para”. ¿Romperán estereotipos? Quizás. A mi me gustaría verlo. Tengo curiosidad.