Cómo rocanroleé en mis vacaciones de verano, temporada 14. Ni viajar al espacio, ni atravesar un desfiladero en monopatín, ni escalar el pico más alto de Springfield… nada, el sueño de Homer era ser una estrella de Rock. Se lo contó a un taxista, o a alguno más porque cuando lo hizo sufría cierta intoxicación, pero al fin y al cabo era su sueño. Por este motivo su familia, que acaba enterándose de esto como se entera de todo lo demás, le regala unos días de desenfreno musical en el Campamento de Fantasía Rock´n´Roll de los Rolling Stones.
Brian Setzer: «La guitarra tiene infinidad de motes…
hacha, seis cuerdas y supongo que ya está»
El objetivo de alcanzar el estrellato prácticamente de la noche a la mañana no será fácil, pero al menos los profesores que le ayudarán están a la altura de las circunstancias. Comenzando por sus anfitriones, Mick Jagger y Keith Richards —aunque el campamento es de los Stones sólo se dejan ver estos dos—, y a quienes hay que añadir los nombres de Elvis Costello (el encargado de la caseta de los instrumentos), Lenny Kravitz (asistente de vestuario), Brian Setzer (clases de guitarra) y Tom Petty (composición de canciones).
El caso es que, al igual que tantísimas cosas, el campamento también llega a su fin. Pero Homer no lo encaja tan bien como los demás, y les da tanta lástima a los rockeros que le ofrecen participar en un concierto que tendrá lugar en la ciudad. El problema es que ellos pensaban en que hiciera de pipa, él se pensó otra cosa y… y tampoco vamos a desvelar el final de la historia. No fue el mejor episodio de la serie, de eso no hay duda, pero con tanto astro por metro cuadrado es uno de esos que hay que ver al menos una vez. Después de todo, como alguien dijo en él, “es sólo un campamento de Rock´n´Roll, pero me gusta”.
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