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Si en estos días algo demuestra que la izquierda no cree en absoluto los datos del CIS del socialista Tezanos, que augura un mayor número de votos para el PSOE, es el interés con que los sindicatos, siempre siervos confesos del PSOE y chachas disimuladas de la patronal en no pocas ocasiones, tratan de convencer al doctor Sánchezstein para que deje de hacerse el duro con los perturbados de Podemos y pacte con ellos para un gobierno de coalición que facilitaría el apoyo de los independentistas y que evitaría la convocatoria de nuevas elecciones generales.
Hace años, cuando en este blog los lectores podían comentar en el sistema de comentarios de Blogger, que quedó deshabilitado al implementar Disqus, recibí muchas y variadas críticas de sindicalistas ingenuos que creían, y supongo que aún lo hacen, que en España los sindicatos están para defender los intereses de los trabajadores. Nada más lejos de la realidad, si uno se molesta en recopilar las vergonzosas actuaciones de sus líderes y las numerosas veces que éstos han hecho el caldo gordo a los políticos de la izquierda precisamente en contra de la clase trabajadora.
Los sindicatos mayoritarios en España son gigantescas máquinas de poder e influencia y se comportan como tales. Gigantescas máquinas apesebradas y al servicio de la izquierda y que, en muy pocas ocasiones han actuado contra los gobiernos socialistas, habiendo motivos sobrados para hacerlo, y que se comportaron como mercenarios del PSOEdurante las legislaturas de Aznar a pesar de la innegable mejora de las condiciones salariales que se dieron durante aquellos años.
Está por ver si Sánchez es capaz de dejar al lado su ambición ególatra y su orgullo - yo tengo mis serias dudas al respecto -y decide buscar un pacto de estado estable para que España pueda hacer frente a la desaceleración económica que ya es una realidad y al fantasma de la posible guerra comercial entre USA y China. Una estabilidad que siempre es necesaria, pero ahora es apremiante. Pero también está por ver si los sindicatos desean esa misma estabilidad por sentido de estado o porque temen la posibilidad de que el PSOE pierda poder tras unas nuevas elecciones, lo que se traduciría en serios problemas económicos para unos sindicatos que siempre han vivido del dinero del contribuyente y de los favores de los partidos de izquierda y ciertas grandes corporaciones, en lugar de hacerlo de las cuotas de sus tan “convencidos” afiliados.
Según agencias, la patronal ha ofrecido apoyo prácticamente incondicional al Presidente en funciones si éste logra una coalición “razonable”; lo que se podría interpretar por un gobierno PSOE – Ciudadanos. No parece que ese apoyo fuera a darse de igual manera si Sánchez decidiera formalizar un pacto con Podemos e independentistas de todo pelo y condición, porque ninguno de ellos se distingue precisamente por su apoyo a la libertad de mercado y a la limitación de impuestos que crea riqueza y asegura estabilidad económica.
De momento nadie sabe con seguridad qué pretende hacer Pedro Sánchez. Los representantes sindicales han declarado que se ha mostrado receptivo a la petición de pactar con Podemos. O pecan de exceso de confianza o no recuerdan cuántas veces este presidente ha mentido a unos y ha dicho a otros lo que esperaban oír, para no llegar nunca a una solución. ¿Habrá pacto de izquierdas? ¿Habrá convocatoria de elecciones en unos meses? ¿Habrá entendimiento con Ciudadanos tras tanto tiempo de desencuentro?
Con Sánchez nunca se sabe. Es un farsante que miente con toda sinceridad, y no parece sentir la más mínima vergüenza cuando contradice como presidente lo que declaraba estando en la oposición, siguiendo el estilo de Rajoy y Zapatero. España está en manos de un falsario prepotente, lo que no es ninguna novedad desde marzo de 2004. Así que no me arriesgo a hacer quinielas respecto a un futuro gobierno porque estoy convencido de que de este personaje podemos esperar cualquier cosa.
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