Los sistemas de irrigación de Omán

Vivir en el desierto es posible, pero difícil: los oasis, alimentados por manantiales subterráneos, permiten la supervivencia y el cultivo en una zona limitada, por lo que resulta imprescindible gestionarla con la máxima eficiencia. En el desierto de Omán, los habitantes de los oasis usan desde hace siglos un sistema de irrigación llamado aflaj, que significa “dividir equitativamente” y que ha elevado la gestión del agua a la categoría de arte.

Los sistemas de irrigación aflaj se basan en la distribución equitativa de las parcelas y la irrigación por turnos, de manera que todos los agricultores puedan contar con iguales posibilidades. Los canales de irrigación son alimentados por los ríos subterráneos y forman una red dividida por piedras a modo de pequeñas esclusas. El encargado de abrir y cerrar las esclusas es uno de los hombres más respetados del oasis y se encarga también de dirimir los conflictos que puedan surgir por la tierra y el agua, asuntos en los que su palabra es ley.

Este sistema se basa en la astronomía: colocadas en el suelo en un punto del oasis, hay una serie de piedras que representan las parcelas y un palo de madera que proyecta su sombra con la luz del sol. A medida que la luz pasa de una piedra a otra, el guardián de los canales abre y cierra las esclusas para repartir el agua entre las parcelas. También debe ocuparse de mantener en buen estado los canales y de limpiar los lechos del agua, que periódicamente se llenan de algas.