Hace tiempo que es sabido por los profesionales de la salud que las personas que sobreviven de melanoma tienen un marcado aumento en el riesgo de desarrollar otro tipo de cánceres de piel agresivos. Ahora, por primera vez, un estudio ha hallado que los sobrevivientes de cánceres no de piel también tienen un aumento en el riesgo de desarrollar melanoma.
El riesgo se mostró más pronunciado entre los sobrevivientes de cáncer de mama, cáncer de próstata, linfoma y leucemia. Las mujeres que habían desarrollado cáncer de mama antes de los 45 años y se habían recuperado, por ejemplo, eran un 38 por ciento más propensas que las mujeres en la población general a desarrollar melanoma más tarde en la vida.
La exposición excesiva a la radiación UV del sol (o camas solares) es el mayor factor de riesgo para el melanoma. El enlace aparente entre el melanoma y otros tipos de cáncer, sin embargo, podría estar explicado en parte por una susceptibilidad genética subyacente a diferentes tipos de cáncer.
Según los investigadores, las personas que han tenido cáncer no melanómico deberían estar especialmente alertas en evitar el daño solar y chequear por cambios en la piel.
Si se llegara a notar alguna marca nueva o una que ha cambiado, se necesita hacerla revisar por un dermatólogo.
El riesgo a desarrollar melanoma asociado a otros tipos de cáncer fue mucho menos, pero aún así notable. Comparados con la población general, los sobrevivientes de cáncer prostático tenían un aumento del 58 por ciento en el riesgo, y los sobrevivientes de linfoma un 79 por ciento si habían recibido su primer diagnóstico de cáncer antes de los 45 años de edad.