Cuando amueblamos una casa, el sofá suele ser la pieza número dos en la lista de mobiliario a comprar, la cama estaría probablemente en el primer puesto, así de importante es este elemento en la decoración del hogar.
De múltiples formas y acabados, sólo el espacio disponible en la vivienda y el gusto del propietario son decisivos en la compra, bueno, el presupuesto también, aunque ahora ya podemos encontrar sofás en todos los grupos de precios y de todos los estilos.
En el estilo nórdico moderno se suelen elegir mayoritariamente sofás de color gris, blanco y negro. Teniendo en cuenta que en este estilo predominan los colores neutros, esta es la mejor elección, ya que los sofás de esos tres colores se integran perfectamente con un mobiliario de madera clara participando del conjunto general y sin robar en exceso el protagonismo a ninguna otra pieza.
En cuanto a las formas, en el estilo nórdico predominan sobre todo sofás y conjuntos de descanso de las líneas rectas, sin adornos y muy funcionales. El sofá es la pieza estrella, especialmente en viviendas de tamaño reducido, pero igual de populares son los sillones, los chaise longue, los sillones relax, los puff auxiliares y reposapiés y en viviendas grandes no es difícil encontrar sofás rinconera y grandes grupos de sillones formando una L o una U.
Los nórdicos prefieren acabados de colores lisos, sin estampados, en lanillas, chenillas y textiles derivados del algodón fáciles de limpiar. La piel es también un acabado muy popular por su fácil limpieza y durabilidad.
Os he seleccionado unas cuantas fotos en las que podréis ver ejemplos de sofás en hogares nórdicos, como veréis funcionalidad, comodidad y diseño son aspectos comunes en todos ellos espero que os sirvan de inspiración. ¡Feliz sábado!
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