Los sofocos durante la menopausia – II
Las mujeres que sufren por culpa de la menopausia deben tener cuidado con la ropa que llevan. Las fibras naturales como la lana, el algodón, o el lino, permiten a la piel respirar mejor, dejando pasar el aire.
Estas mujeres deben desechar los vestidos fabricados con materiales sintéticos. Lo mismo ocurre con la comida. El alcohol, así como los platos muy especiados deben evitarse, porque pueden provocar una subida de los sofocos.
La fitoterapia puede ayudar a las mujeres que tienen la menopausia. Las hormonas producidas por algunas plantas como la soja, pueden ser ser eficaces, además, se trata de substancias naturales cuyos efectos secundarios son limitados.
Algunas plantas, como la pasiflora, o la valeriana calman, y relajan cuando son ingeridas en infusión, o diluidas, o utilizadas como aceites esenciales.
Es prudente consultar con un fitoterapeuta que es quien debe prescribirlas, como complemento a un tratamiento clásico. La homeopatía también puede ser una buena opción que debe ser tenida en cuenta. Además, presenta dos ventajas que no se pueden omitir.
En primer lugar no presenta ningún efecto secundario, y se adapta bien a los síntomas de sofocos provocados por la menopausia. El Aconitum napellus 5 CH está recomendado para el tratamiento de los sofocos nocturnos relacionados con la ansiedad y la agitación.
En cuanto a las sensaciones de frío y la sudoración generalizada, un especialista puede aconsejaros Sepia 9 CH. El Lachesis mutus 7 CH puede ayudar a reducir la duración de los sofocos al despertaros, que suelen ir acompañados de sudores.
La Sanguinaria Canadensis 5 CH sólo es eficaz si la sensación se localiza a nivel de las mejillas y si viene acompañada de dolor de cabeza y de zumbidos en el oído. En cualquier caso, todas estas soluciones dependen mucho del estado psicológico de la paciente.