Ya hemos hablado largo y extenso de esos soportales que cubrían antaño las cabezas de Sevilla del calor y el agua que tanto azota de extremo a extremo de vez en cuando a esta bendita ciudad, esos soportales que cubrían plazas y calles como la de San Francisco, La Alfalfa o como en este caso La Plaza de la Pescadería...
Impresionante, para los que aun no la sitúen, les explico brevemente lo que vemos. Estamos en plena Plaza de la Pescadería, y por arriba asoma la imponente cúpula del Salvador, y aunque no lo crean, esa calle extrechita del fondo cubierta por soportales es la Cuesta del Rosario, claro, esto es totalmente irreconocible si lo comparamos con su aspecto actual...
Penoso, ¿no creen?, y para guinda la farola mamotretica que nos da la puntilla, esa que alaban los que odian de corazón las fernandinas, ojo calificando las fernandinas de incoherentes en nuestra ciudad, pues entonces que me expliquen que pintan los mamotretos que tenemos ahora en las plazas del Pan, Pescadería o Alfalfa.
Pues bien, sin querer desviarnos del todo, observen la comparativa del antes y después, un horror incalificable de piqueta y hormigón que desarma por completo la identidad de nuestra ciudad...
Mario Morillo Cimbral