Un elemento fundamental para el desarrollo del ciclismo profesional tal y como en la actualidad lo entendemos son los sponsors. Su presencia es tan importante que, de habitual, en ocasiones apenas reparamos en ella y denominamos a un equipo con su nombre comercial sin pararnos a pensar que detrás de eso hay una marca. Pero lo cierto es que la labor de los patrocinadores es indispensable, y ellos han sido, en buena medida, quienes han ido construyendo y delineando la actual tipología estética y publicitaria del deporte del ciclismo.
Los primeros grandes sponsors que se lanzaron a patrocinar equipos ciclistas o corredores individuales fueron, evidentemente, las fábricas constructoras de bicicletas. Habrá que esperar hasta la década de los años cincuenta del siglo XX para ver un sponsor que no estuviera vinculado, en todo o en parte, al mundo de las dos ruedas. Nivea fue el precursor en ese sentido. De ello cabe colegir que más de medio siglo de historia ciclista se llevo a cabo con la única esponsorización de constructores de bicicletas. Algunos de ellos aun resuenan de forma mítica en los oídos de los buenos aficionados.
Alcyon fue el primer gran sponsor del ciclismo francés, ganando hasta en siete ediciones el Tour
Los primeros equipos invencibles surgieron en Francia e Italia para vencer de forma aplastante en el tour y el Giro respectivamente. Estas carreras, enormemente populares desde sus primeras ediciones, vieron cómo durante años eran tiranizadas con mano de hierro por distintos conjuntos que representaban a fábricas de bicicletas. En Italia el Atala fue el primer ejemplo de superequipo, llegando a ganar el único giro de Italia que se corrió en la modalidad de escuadras, en el año 1909. En el país galo, por su parte, el mejor ejemplo en estas primeras décadas del siglo XX es el equipo Alcyon, que jugó a repartirse entre sus diferentes miembros varias ediciones del Tour de Francia en los años XX.
Pero será ya en la década de los años 30 cuando surjan en estos dos países las dos marcas patrocinadoras más legendarias y que durante más tiempo han estado presentes en el mundo del ciclismo. Hablamos de la francesa Peugeot y la italiana Bianchi.
Thevenet deja clavado a Merckx camino de Pra Loup. El ciclismo cambia y Peugeot sigue allí
Hoy en día pocas personas identifican a Peugeot con la fabricación de bicicletas, aunque ese fue su primer negocio. Esta marca entró a patrocinar equipos ciclistas en los años 30 y se mantuvo, con muy breves ausencias, hasta finales de los años 80. Por sus filas han pasado varios de los corredores más legendarios de todos los tiempos, como Thevenet o el grande entre los grandes, Eddy Merckx. Fue, además, el equipo que dio entrada al hoy en día dominador ciclismo anglosajón, con los fichajes de Tom Simpson, Steve Bauer o Phil Anderson entre otros.
En Italia Bianchi ha mantenido de forma casi ininterrumpida su patrocinio en solitario durante medio siglo, y aun hoy sigue proveyendo de bicis a algunos equipos. Su imagen siempre quedará ligada a dos de los más grandes ciclistas transalpinos: Fausto Coppi y Felice Gimondi, que consiguieron grandes éxitos vistiendo el mítico maillot celeste de Bianchi.
En España podemos destacar el pionero caso de BH o el tardío de Orbea en los años 80 como ejemplos de esta tendencia en el patrocinio que parece haber amainado en los últimos años, pese a las excepciones de Cervèlo, Trek o Cannondale. Pero lo que antes era abrumadora mayoría hoy en día no es sino excepción.