Revista Cultura y Ocio

Los submarinos de la armada en julio de 1936

Por Benito Sacaluga

LOS SUBMARINOS DE LA ARMADA EN JULIO DE 1936

Submarino C-3
Imagen: peppoweb. submarino C-3

(1) En 1936 la Armada española dispone de un total de doce submarinos en dos flotillas basadas en Cartagena (seis de tipo C, más modernos, mejor equipados y con mayor capacidad, más dos de tipo B, 5 y 6) y Mahón (cuatro de tipo B, más reducidos y de menor capacidad que los C). Manda la primera el capitán de fragata Francisco Guimerá Bosch, que además es director de la Escuela de Armas Submarinas radicada en dicha base y enarbola su insignia en el C-1; y la segunda el capitán de corbeta Isidro Sáiz Corratge.
El 18 de julio, la totalidad del arma submarina quedará en manos del Gobierno republicano, a pesar de los intentos de sublevación de sus mandos, abortados por los auxiliares, cabos y marinería. En la madrugada del 18 de julio, la flotilla de Cartagena recibe órdenes de Madrid de hacerse a la mar con torpedos a cruzar la costa desde Cabo de Gata hasta Gibraltar con la misión de impedir el paso de tropas moras y legionarias desde Marruecos a la Península, haciéndose a la mar de inmediato las unidades C-1, que enarbola la insignia del jefe de la flotilla Gimerá Bosch, C-4 y C-6, a los que se une ya en el mar el B-6. Posteriormente se les ordena situarse de vigilancia frente a Melilla y después poner rumbo a Málaga quedando en la vigilancia del estrecho el C-1 y el B-6.
El conocimiento por los radiotelegrafistas de los buques de las comunicaciones de los rebeldes, junto a la sospecha que despiertan los mandos, que retrasan o entorpecen las órdenes del Gobierno, precipitan los acontecimientos: mientras el C-1 mantiene a su comandante, capitán de corbeta José Lara Dorda, garantizado por el Jefe de Órdenes, Ramírez de Togores, de reconocida lealtad republicana, el C-3, el B-6, el C-4, el C-6 proceden a destituir y detener a los suyos, ingresando los detenidos en los buques-prisión Monte-Toro y J.J.Sister, pasando posteriormente a la prisión provincial malagueña, donde la mayoría serán fusilados salvo unos pocos que se reintegrarán al servicio convencidos por el capitán de corbeta Remigio Verdía en evitación de males. Es el caso del alférez de navío Oscar Scharfhausen, que tanto y tan buen “juego” dará para los sublevados desde su puesto de nuevo comandante del B-6, partidario como era de pasarse a ellos con el buque, o cuando menos provocar su pérdida, a la primera oportunidad que tuviese tras conocer el fusilamiento de su hermano Guillermo, también marino como él, por los republicanos. Al final sólo se pasará él y con bastantes dudas en su Hoja de Servicios.
En cuanto a la flotilla de Mahón, en los primeros días de julio salen de maniobras el B-2, B-3 y B-4 y no el B-1 por encontrarse en reparación, al mando de su jefe, capitán de corbeta Isidro Sáiz Corratge, llegando al puerto de Soller el 18 de julio donde se enteran de la sublevación de Franco. Tras una serie de peripecias vividas en la isla mallorquina, en la que se ha declarado el estado de guerra y triunfado la sublevación, la flotilla regresará a Mahón encontrándose a su llegada con la Base en manos de la República, siendo detenidos y reemplazados jefes y oficiales, quedando la totalidad de esta flotilla también en manos republicanas.
Dominada la sublevación, las unidades submarinas quedan agrupadas en una sola flotilla al mando del teniente de navío Vicente Ramirez de Togores jefe de órdenes de la misma hasta ese momento, sucediéndole después el capitán de corbeta Remigio Verdía Joli comandante del C-5 y posteriormente del C-6, uno de los marinos más brillantes de la República, según Domínguez Benavides.
(1) La Armada Española durante la Guerra de los Tres Años.

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