Revista Opinión

Los sueños…sueños parecen

Publicado el 22 junio 2011 por El Tridente

LOS SUEÑOS…SUEÑOS PARECEN

Anoche tuve un sueño, pero no un sueño normal de estos en los que te crees Superman y puedes volar, ni un sueño…¿húmedo es el término? Sí de esos donde después de sudar mucho, te cae un chaparrón de lluvia encima. No, tuve un sueño de lo más interactivo. Y lo que parecía que iba a ser un tranquilo momento de descanso se convirtió en una pesadilla tecnológica.

Me refiero a una de esas pesadillas en las que crees que todo lo que está pasando está ocurriendo de verdad por lo real que resulta. En mi bacheado  letargo, las máquinas me tenían atrapado y controlaban a su antojo mi vida. Entre estas máquinas, una que cobraba vital importancia era el teléfono móvil o smartphone (como ahora se denomina), además del ordenador, la tele con conexión a internet y demás aparatejos.

Cómo me resultó tan preocupante mi sueño, consulté a varios expertos, entre ellos Steve Jobs (el mandamás de Apple) o Mark Zuckerberg (el creador de facebook) y todos coincidieron en que lo que sufría en mi sueño tiene nombre y se denomina “multitasking”. Término que en castellano viene a ser, “multitarea”. Más o menos lo que hacían las madres y amas de casa de toda la vida y antes de que llegara la igualdad entre hombres y mujeres, pero derivado a la tecnología actual.

Porque si nuestras madres y abuelas eran capaces de vestirnos para el cole, mientras, preparaban nuestros desayunos, recogían la ropa y removían las lentejas para que no se pegaran, ahora casi la civilización al completo es capaz de ver la tele, mandar un sms por el móvil y navegar por internet todo a la vez. Lo cual no es ni por asomo, beneficioso para nuestra capacidad intelectual.

Y es que en el caso de nuestras madres y abuelas, ellas sí sabían qué estaban haciendo en cada momento, pero ahora las personas multitarea, creemos estar centrados en todas y cada una de las cosas que hacemos cuando no es así. Quizá en un futuro podamos concebir tal cantidad de absorción de información, pero en la actualidad, es más la falta de concentración que el de atención.

Así que, tras recabar toda la información, sentar bases científicas al respecto, meditar e intentar pensar en conclusiones resolutivas , me fui a la cama e intenté dormir, pero para mi sorpresa, en vez de rendirme en los brazos de Morfeo, me desperté. Y con ello, me di cuenta de que el sueño de una sociedad libre de ataduras tecnológicas es más imposible de lo que pensaba por lo que, tristemente ya no hay marcha atrás…

Esta es la crónica habitual, de un día como otro cualquiera…


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