Revista Cultura y Ocio

Los sufones y la literatura épica

Por Igork

literatura épica

Los sufones. By Igor.


Son los sufones la raza más extraña y hermética del orbre a lado y lado del Mar de los Anónimos y más allá, donde emergen otros mares y otros pueblos. Distintos, incluso, a los murrianos, una civilización al tiempo ancestral y adaptada al mundo partiendo de su compleja y rica organización gregaria. Una civilización realmente distinta en el mundo épico de Vamurta.
Antes, mucho antes de que los hombres grises pusieran los pies en las nuevas tierras a la búsqueda de una oportunidad para aquellos que ya no la tenían en las abarrotadas tierras de Vamurta, los sufones ocupaban el norte. Un reino que tenía su frontera en las grandes planicies deshabitadas del oeste hasta los bosques y los campos ocupados por los vesclanos en el este. En el mediodía, la Sierra Donera es la línea de frontera y el temido Bosque de las Hiedras también constituye uno de los límites naturales de las tierras sufonas, mientras que el país, por el norte, muere de puro frío, al colindar con la inmensidad de las tierras de nieves perpetuas.
La primera vez que los sufones hacen aparición en Antigua Vamurta apenas se los vislumbra: 
«Y en uno de los rincones de la taberna, tres sufones, cubiertos con capas, bebían con discreción usando sus pequeñas trompas, ajenos al bullicio».
Vuelven a aparecer más adelante, cerca de la Ciudad de los lagos: 
«—¡Renos! —gritó un hombre que los seguía. Acto seguido todos los que se encontraban en el camino se apartaron para dejar paso a aquella hilera de jinetes. Sara y el conde empuñaron sus armas con discreción, pero nada pasó. Un grupo de sufones montados sobre grandes animales de poderosa cornamenta retumbó sobre el camino. Era la primera vez que veían renos, hermosos, sus enormes testas protegidas por frontales de cuero endurecido que se alargaban hasta las pecheras. El oscuro color de su piel y cabellos contrastaba con las corazas blancas de sus caballeros. El conde pensó en los ciervos de combate murrianos, pero aquellos animales parecían más temibles, dotados de largas patas peludas y cuellos anchos como un palo mayor».

Los sufones tienen su capital en Geritten. Un enrome ziggurat que encierra la urbe de mayor tamaño de las nuevas tierras en cuya cúspide de paredes blancas sin ventanas habita el dios-rey. Ni tan siquiera su agricultura es la forma habitual de trabajar la tierra. Menos lo es su organización social, la manera que tienen de entender la familia o el comercio. Menos aún la amistad. En el segundo y último libro de Vamurta, los sufones vuelven a aparecer. E irrumpen con gran fuerza.

novelas epicas

Esbozo descartado.



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