Revista En Femenino

Los superpoderes de Leia

Por José Mª Ruiz Garrido @laparejadegolpe
La capacidad de concentración de los niños de unos 22 ó 23 meses, como los padawanes, suele ser escasa, y no durar más de unos diez o quince minutos. A veces el truco para sacarlo de un pequeño berrinche o de un momento de pesadez es simplemente distraerlo con otra cosa, alguna tontería. Algunas veces, no siempre, lo único que tienes que hacer es tomarlo en brazos llevarlo a otro lugar, o asomarlo a una ventana, para que cambie el chip. Y en otras ocasiones ocurre todo lo contrario; quieres que preste atención en algo, un cuento, la comida, una explicación, y no hay forma de que se concentre el tiempo suficiente.
Pero desde hace un tiempo estamos descubriendo que Leia está desarrollando otro de sus nuevos superpoderes: la concentración. Ya el tito Kiko se quedó alucinando durante la última visita que nos hizo. Estuvo jugando con los peques, y decidió ponerse con Leia a 'leer' uno de sus cuentos. –"¿Dónde está la vaca?". –"¡Aquíiii!". –"Y esto, ¿qué es?". –"¡Caracoool!". Más de media hora después, mi hermano nos preguntó: –"Pero, ¿esta niña no se cansa nunca?". Y ahí seguía, pasando páginas con el tito, y cogiendo libros nuevos cuando se acababa el que tuvieran entre manos...
Los superpoderes de Leia
En ese cole tan chulo al que los llevamos un par de veces por semana, ocurre algo parecido. A Luke le gusta ir con los animales, los gatos y burritos que tienen allí. Y tampoco para de correr, pintar, hojear los cuentos, apilar los bloques, jugar con los coches, pero al final acaba paseando por el huerto o jugando con los gatos. A Leia lo que le gusta es quedarse arriba, con los cuentos, o pintando. Y puede estar allí con los rotuladores o los libros durante una hora, entretenida en sus cosas, o charlando y aprendiendo palabras nuevas con Gema o con Nuria, las 'seños'. Y me comentan lo mismo, se quedan asombradas con ella.
La pequeña padawan tiene una personalidad muy marcada. Sabe lo que le gusta, y lo que no, y no solamente respecto a las comidas. Te puedes encontrar un día que te contesta directamente con un "No" cuando le enseñas un jersey nuevo y le preguntas que si le gusta. Tal cual. O te agarra de la mano y te lleva al otro extremo de la casa o al último estante de la cocina, para que le alcances exactamente el muñeco en concreto que quiere, o las "galletitas" que se le acaban de antojar.
Son situaciones que no dejan de sacarnos una sonrisa. Te quedas mirándola, extasiado, embobado con ella. Y cuando te paras a pensar un segundo, te das cuenta de que te va a resultar un reto constante. Y va a ser toda una experiencia superarlo.

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