Los propietarios de taxis también esperan que aumente la tarifa en San Miguel de Tucumán. En simultáneo al pedido de incremento del boleto solicitado por los empresarios que explotan las líneas de colectivos (para llevar el boleto de $ 19,30 a $ 37,85), los dueños de taxis presentaron hace una semana una solicitud para elevar la tarifa en un 30%.
“Hemos presentado un petitorio del sector, que entre otros puntos, solicita que aumente también la bajada de bandera. Entendemos que el transporte público en la ciudad lo conforman los colectivos y también los taxis. Pedimos llevar la bajada de bandera a $ 32 y la ficha cada 100 metros a $ 3,25”, explicó Antonio Rodríguez, referente de la Asociación de Trabajadores Involucrados en la Actividad Taximetrera (Atiat).
La nota firmada y remitida desde la entidad al Concejo Deliberante solicita también la implementación de una tarifa nocturna. “El valor de la ficha es conversable, porque nosotros desde ‘hace un ratón’ pedimos que se implemente una tarifa nocturna. Se podría hacer una tarifa diurna más baja pero sí hay que implementar una tarifa más alta durante la noche. Esto servirá para incentivar a los taxistas para que trabajen de noche, porque la gente no quiere trabajar de noche. Es algo que hay en muchas provincias”, se explayó. El objetivo principal, explicó el titular de Atiat, es que se implemente una tarifa nocturna en la ciudad.
Una suba cada seis meses
Los concejales, por lo bajo, dan por descontado que en la próxima sesión se tratarán los proyectos de incrementos tarifarios. Será el segundo incremento de la tarifa en el año: a comienzos de marzo, los ediles habían llevado el boleto de $ 15,50 a $ 19,30 y la bajada de bandera de los taxis de $ 21 a $ 25 (la “ficha” cada 100 metros había subido de $ 2,10 a $ 2,50).
A pesar de que la entidad que representa a los dueños de los taxis solicitó un ajuste de tarifa, Rodríguez explicó que la situación económica en el sector es “muy delicada”. “Nos cuesta solicitar un aumento porque sabemos que la gente está mal, que no le alcanza. Es tremenda la devaluación que estamos padeciendo todos. Una gaseosa de tres litros sale $ 150, que es un viaje de distancia media con la actual tarifa”, ahondó. Y agregó: “hay una realidad que es que la gente no tiene plata en el bolsillo. Nosotros con nuestra actividad somos un termómetro, porque cuando nosotros estamos bien es porque hay plata en el bolsillo, cuando todos los demás sectores están en una situación de bonanza. Ahora estamos, muy, muy, muy mal (sic); no nos alcanza para mantener las unidades”.
El referente del sector explicó que el promedio de recaudación diario es “prácticamente nada”: “por día se gastan unos $ 500 en GNC por turno; a la semana se cargan unos $ 1.000 de nafta para arrancarlo al auto. El 35% de la recaudación va para el chofer, el 40% se va en combustible, así que por día quedan unos $ 500. Es ínfimo”, finalizó.
Un incremento contraproducente
Para choferes, autodenominados peones de taxis, un aumento de la bajada de bandera sería perjudicial. “Es verdad que el aumento de la tarifa de taxis termina siendo la paritaria del sector, no estaría mal un aumento, pero hay que ver que la sociedad está pasando por una situación económica muy dura y aumentar el taxi sería contraproducente”, planteó Carlos Pizarro, secretario general del Sindicato de Peones de Taxis. “Si el colectivo aumenta y se mantiene la tarifa la gente se volcará un poco más al taxi, porque se achicará la brecha entre los dos servicios. Creo que no es el momento para que el sector suba la tarifa”, agregó.
La postura de Pizarro se contradice con la solicitud de los propietarios de taxis. La Asociación de Trabajadores Involucrados en la Actividad Taximetrera (Atiat) presentó un pedido para aumentar la tarifa: piden que la bajada de bandera suba de $ 25 a $ 32, y que la “ficha” cada 100 metros suba de $ 2,50 a $ 3,25. El incremento se otorgaría junto al ajuste tarifario en las líneas de colectivo.
“Estamos atravesando una situación muy complicada en el sector. Lo que sucede es que los empresarios de taxis no cumplen con el convenio colectivo de trabajo y terminan usando una suba de tarifa para aumentar el alquiler de taxis: por ley, los peones deben trabajar con el 35% de la recaudación bruta, pero en vez de eso el propietario le cobra alquiler fijo por día para usar el vehículo. La mayoría hace así, entonces se aprovechan de los choferes que están en una situación crítica y no les queda otra que aceptar”, ahondó Pizarro.
El dirigente sindical explicó que muchos dueños de taxis cobran entre $ 1.000 y $ 1.200 para alquilar un taxi por día: “el peón puede tener el auto por 24 horas, probablemente termine trabajando entre 14 y 18 horas arriba del auto, porque para poder tener ganancia necesita sí o sí sacar al menos $ 2.000. Empieza el día con un rojo de $ 1.200, gasta $ 400 en combustible -como mínimo- y además lo tiene que hacer lavar. Tenés que matarte arriba del auto para sacar algo”. Pizarro explicó que la informalidad es el mayor problema que afecta al sector, y estimó que en la capital hay alrededor de 10.000 peones de taxis.