Si es cierto que los tiempos cambian, también es cierto que algunas cosas no lo hacen tanto. Por ejemplo, los veranos. La necesidad de cambiar de aires, de viajar, de salir de la ciudad, del trabajo, incluso un poco de la propia vida. Eso no ha cambiado demasiado. Sentimos lo mismo que, por ejemplo, hace casi 50 años, en 1964. Y si no os lo creéis, echarle una ojeada a estás páginas de un tebeo de aquel verano, el del 64 del pasado siglo. Y ya me contaréis.
Agradecimiento enorme para conseguir estas joyas
a la gente de La Mansión del CRG.