Revista Comunicación

Los tigres - azul profundo

Publicado el 15 diciembre 2025 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertran
LOS TIGRES - AZUL PROFUNDO
Hay algo de Howard Hawks en la estupenda Los tigres (2025) de Alberto Rodríguez, que sigue los pasos de dos hermanos que se dedican al buceo profesional. Rodríguez exprime al máximo las posibilidades visuales y de emoción que hay en las inmersiones de Antonio (Antonio de la Torre) y Estrella (Bárbara Lennie), dos hermanos, cada uno, con sus conflictos personales. Rodríguez y su guionista habitual, Rafael Cobos, hacen cine clásico según el modelo de Hollywood: una historia directa y clara, la sana intención de entretener al espectador, buenos personajes y un conflicto potente. Hay aquí algo de esas películas de Hawks sobre profesionales de un oficio, personajes definidos por lo que hacen, en las que se nos muestran las relaciones entre ellos, una cierta camaradería, que Los tigres está presente en la tripulación del barco que dirige el Gordo (Joaquín Núñez), formada por buzos a los que dan vida Skone, César Vicente y Jesús del Moral, todos estupendos en sus papeles. La introducción a este mundo del submarinismo, el riesgo al que se someten los que se dedican a ello, es, de por sí, suficiente para generar interés en una película -me viene a la memoria otro título clásico, Bahía negra (1953) de Anthony Mann-, pero en manos de Rodríguez las labores de los protagonistas se convierten además en un thriller de secuencias de máxima tensión, técnicamente impecables, que sumergen -nunca mejor dicho- al espectador en las profundidades marinas para que experimente con ellos los peligros a los que se enfrentan, que no son solo los de la naturaleza de su trabajo-. Todo esto se apoya en la construcción de la relación de los dos personajes principales, esos hermanos marcados por un padre también buzo, que luchan por salir adelante, como he dicho antes, cada uno con sus problemas personales y sus traumas a superar. Rodríguez y Cobos son dos de los cineastas más inteligentes del cine español y saben dotar de humanidad a sus protagonistas de forma sútil -la forma en que Estrella baja la visera parasol del coche para que su hermano pueda dormir mejor-; saben introducirnos en un mundo nuevo con sus reglas y procedimientos, darle un giro genérico a su historia, y, ya puestos, dejar de trasfondo un comentario sobre el estado de las cosas, sobre todo en lo referente al trabajo precario, ese empleo digno que ya no es suficiente para vivir, aunque te juegues la vida. Si a esto sumamos la estupenda fotografía de Pau Esteve y la música de Julio de la Rosa, estamos ante una de las películas más sólidas de 2025.

Volver a la Portada de Logo Paperblog