Revista Cultura y Ocio
Los tres tipos de lectores que más importan a los escritores
Publicado el 18 noviembre 2015 por Vivelibro @infoviveLibro
Para los escritores la opinión de los lectores es muy importante. A la hora de escribir un libro siempre se fija un público o un destinatario concreto ya sea por la temática del libro o por la manera en la que está escrito. Cuando escriben un libro, los escritores, aunque a veces lo nieguen, siempre se centran en tres tipos de receptores. Hoy, los analizamos en nuestro blog.
1.- El lector crítico.Antes de publicar en un medio serio, el lector crítico es fundamental. Puede ser alguien cercano, alguien a quien admiras y cuya opinión estimas por encima de todas las cosas. O puede ser ese reseñista medio conocido. Por lo general todos escriben con este lector en mente. Es el que les hace tener más cuidado que nunca con la forma, el que quieren que les avale con su sello de calidad. Pensar mucho en este tipo de lector puede paralizar al escritor, y no es del todo recomendable. Debe servir a los que escriben como un incentivo para hacerlo lo mejor posible, pero no deben dejarlo entrar en la cabeza mientras escriben, o no avanzaran nunca.
2.- El lector consumidor. El auténtico rey del baile. Los escritores pueden volverse locos con ideas de calidad, de autoexigencia, de miedo a la crítica especializada. Pero si han entrado en el ciclo del libro como producto, al final es el consumidor el que les acaba validando. En el momento en que la obra comienza a distribuirse se abre el círculo de recepción; ya no solo vale la opinión de la familia y amigos; ya no solo vale la opinión de tres blogs de reseñas; la opinión del consumidor, ese número de las liquidaciones es el que está validando (o no) si el público les quiere. Por desgracia, este tipo de lector/consumidor también puede ser una trampa mortal. Si se obsesionan demasiado con lo que quiere el gran público, se corre el riesgo de perder la voz, de perder aquello que les hace únicos.
3.- Uno mismo. Hay que resaltar una cosa y es que a veces los escritores se proeucpan tanto por los lector que se olvidan de ellos mismos. Hay que escribir sobre algo que nos gustaría leer, pensando en que lo hacemos porque nos gusta y para divertirnos. Recordad la frase de Terry Pratchett: “Escribir es lo más divertido que puede hacer uno a solas”. Puede que alguien no esté de acuerdo, pero pero es un buen recordatorio para cuando los escritores se dejan llevar por la duda y la ansiedad del qué dirán. Ya habrá tiempo de editar, de corregir, de pensar en los otros dos lectores. Pero ahora piensa solo en ti y escribe.
1.- El lector crítico.Antes de publicar en un medio serio, el lector crítico es fundamental. Puede ser alguien cercano, alguien a quien admiras y cuya opinión estimas por encima de todas las cosas. O puede ser ese reseñista medio conocido. Por lo general todos escriben con este lector en mente. Es el que les hace tener más cuidado que nunca con la forma, el que quieren que les avale con su sello de calidad. Pensar mucho en este tipo de lector puede paralizar al escritor, y no es del todo recomendable. Debe servir a los que escriben como un incentivo para hacerlo lo mejor posible, pero no deben dejarlo entrar en la cabeza mientras escriben, o no avanzaran nunca.
2.- El lector consumidor. El auténtico rey del baile. Los escritores pueden volverse locos con ideas de calidad, de autoexigencia, de miedo a la crítica especializada. Pero si han entrado en el ciclo del libro como producto, al final es el consumidor el que les acaba validando. En el momento en que la obra comienza a distribuirse se abre el círculo de recepción; ya no solo vale la opinión de la familia y amigos; ya no solo vale la opinión de tres blogs de reseñas; la opinión del consumidor, ese número de las liquidaciones es el que está validando (o no) si el público les quiere. Por desgracia, este tipo de lector/consumidor también puede ser una trampa mortal. Si se obsesionan demasiado con lo que quiere el gran público, se corre el riesgo de perder la voz, de perder aquello que les hace únicos.
3.- Uno mismo. Hay que resaltar una cosa y es que a veces los escritores se proeucpan tanto por los lector que se olvidan de ellos mismos. Hay que escribir sobre algo que nos gustaría leer, pensando en que lo hacemos porque nos gusta y para divertirnos. Recordad la frase de Terry Pratchett: “Escribir es lo más divertido que puede hacer uno a solas”. Puede que alguien no esté de acuerdo, pero pero es un buen recordatorio para cuando los escritores se dejan llevar por la duda y la ansiedad del qué dirán. Ya habrá tiempo de editar, de corregir, de pensar en los otros dos lectores. Pero ahora piensa solo en ti y escribe.
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