Revista Cultura y Ocio

Los Tudor

Por Joaquintoledo

Pero Enrique pasaría a la historia como un gobernante verdaderamente extravagante. Antes que nada, como recordaremos, estaba casado con Catalina de Aragón, mujer muy tolerante, pasiva y cándida. De pronto, con el pasar de los años, notó que su marido había cambiado, el cual cuando ya casi tocaba las cuatro décadas de edad, en realidad se había vuelto un gordo mandón y soberbio que no admitía contradicciones. Además, su matrimonio, aparentemente feliz, no duraría mucho pues el rey se enamoró de otra joven llamada Ana Bolena. Esto se debía a que Catalina sólo le había dado una hija y no un varón. El problema vino cuando Enrique se quiso casar con su nueva amante, algo a lo que el papa se negó. Con la ayuda de un nuevo ministro, llamado Cromwell, Enrique se encargó de romper con Roma por este sutil capricho. Así entonces forjó una iglesia particular y nacional, la cual no era ni protestante ni tampoco romana, dando inicio a grandes épocas de persecuciones contra los católicos. Por solo citar un ejemplo, en el año 1529 aprobó la llamada Ley de la Supremacía Real, la cual declara que el rey era el jefe único de la Iglesia de Inglaterra, así como un representante de Dios en la tierra. Con el tiempo, los bienes eclesiásticos fieles a Roma, fueron confiscados.

Las primeras víctimas no fueron pocas, un ejemplo de ello es Tomás Moro, el cual se negó a reconocer la Ley de Supremacía. Creía que su rey había ido demasiado lejos, y así finalmente es condenado a muerte. Jacobo V, el sobrino de Enrique, y ya rey de Escocia, vio como su tío le declaró la guerra, pues el joven había rechazado la solicitud inglesa de romper con Roma. El país de William Wallace se vio devastado por las tropas de Enrique. Casi un año después del matrimonio con Ana, la decapitó, al parecer porque le había dado una hija, algo que el rey siempre despreció pues anhelaba un varón para que sea su sucesor. Unos diez días después se volvió a casar, esta vez con Juana Seymour. Esta al fin le dio un varón. Cromwell pronto le consiguió otra esposa, esta vez llamada Ana de Cleves, la cual se dice era muy fea. Se casaron pero el matrimonio no duró mucho y Cromwell, debido a su mal gusto y sugerencia, perdió la cabeza. La siguiente esposa de Enrique fue Catalina Howard, de dieciocho años, la cual también acabó decapitada. En el año 1542 se inició otra guerra contra Escocia, pues tal parece que María Estuardo, heredera al trono a la muerte de Jacobo V, rechazó la idea de casarse un inglés. Enrique entonces envío una expedición punitiva la cual destruye unos 200 castillos y casi 10 mil cabezas de ganado. Como se sentía muy solo, volvió a casarse, esta vez con Catalina Parr. Sobrevivió porque su marido murió en el año 1547.

Eduardo VI y María

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El príncipe heredero era un niño enfermizo de unos nueve años de edad, el hijo que Enrique había tenido con Juan Seymour, y que pasó al trono con el nombre de Eduardo VI. Gobernó sólo seis años y estuvo rodeado de protestantes, los cuales ordenaron finalmente que las misas y otros ritos religiosos se hagan en inglés. Cuando el rey murió lo sucedió su hermana María, hija de Catalina de Aragón y la cual había sido educada desde una óptica católica. María se casó con su primo, Felipe, el cual heredaría el trono a España. Parecía que Inglaterra volvería a la causa católica muy pronto, y muchos reformistas y protestantes fueron perseguidos. Por aquellos años se perdió Calais, la última posesión de la corona en Francia, y al parecer María murió de la angustia.

Isabel, la reina virgen

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Isabel hija de Ana Bolena, sucedió a su hermana. A pesar de que el matrimonio entre su madre y Enrique VIII nunca fue reconocido por el papa, la corte inglesa no tuvo más remedio que nombrarla heredera, además, claro está, los que eran protestantes y reformistas vieron con agrado la idea de que Isabel suba al trono, a la cual parecía importarle poco la autoridad romana. Así se daba inicio a la era isabelina una de las más grandiosas de la historia de Inglaterra, en la cual el país aumentó a unos cinco millones de habitantes, empezó el derrumbamiento del feudalismo y se fortaleció la burguesía, la corte se llenó de nuevos estadistas, verdaderamente visionarios; se persiguió a los católicos y se reafirmó la autoridad para una iglesia nacional independiente; entre otros grandes cambios que le dio a su patria. Gracias a su padre, había recibido una educación exquisita y sabía hablar varios idiomas, lo cual suena lógico, ya que en el poder dio bastante apoyo al ámbito cultural.

Pero se necesitaba más que buenos ánimos y respaldo estatal para levantar al país del estado en el que lo habían dejado Eduardo y María. Para ello llenó de nuevo las arcas públicas, renovó las fuerzas armadas (en especial la marina), se preocupó por la gran cantidad de desempleados que existían en el país dándoles asilos, trabajos y facilitándoles obras de caridad y de ayuda; reformó el comercio y la industria, prosperó la producción nacional, entre otros puntos. A todas luces era una soberana autocrática, pero justa. Alejó el Parlamento de su gobierno, y en los 44 años que duró en el poder, sólo lo convocó tres veces. Permaneció soltera a pesar de sus múltiples pretendientes, pues ella no deseaba compartir el poder y quería dedicarse a fondo en los asuntos de su país. De todas maneras se rumoreó que tenía varios amores, incluido un corsario muy famoso…pero no existen pruebas contundentes de ello. En los años siguientes, Isabel condenó a muerte a su pariente María Estuardo, reina de Escocia, cuando esta última buscó refugio en la corte de Londres, debido a que se sospechaba una conspiración para que ocupe el trono de Inglaterra en reemplazo de la reina virgen. Isabel también aplastó sin contemplaciones una rebelión en Irlanda.

Su mayor enemigo fue el rey español Felipe II, el cual harto de que Francis Drake, un corsario que devastaba las fuerzas navales españolas, y resentido por el rechazo matrimonial de Isabel, declara finalmente la guerra a Inglaterra. Para ello dirigió su Armada Invencible contra la Rubia Albión, la cual fue aniquilada por las fuerzas navales inglesas, un temporal y la mala suerte. Así España inició un declive lento a la decadencia como gran dominadora de los mares. Pero no toda era guerra, pues ya hemos mencionado que durante el gobierno de Isabel existió una época de gran prosperidad cultural, la cual destaca por su teatro isabelino, el ingreso de la difusión de los libros a raíz del Humanismo y el Renacimiento, y también es la época de Shakespeare y Marlowe, entre otros destacados. Esta reina vivió unos setenta años, y en sus últimos tiempos, nombró como sucesor a Jacobo VI, el hijo de María Estuardo. Isabel muere en el año 1503, sin dejar hijos ni viudo, poniendo fin a la dinastía Tudor en el gobierno inglés, dando paso a los Estuardo.


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