Los Tudor, la serie revelación de TVE

 
Me apasiona el cine histórico, pero he de confesar que la serie "Los Tudor" o biopic de EnriqueVIII, rey de Inglaterra, el que se separó de la Iglesia de Roma para casarse con Ana Bolena.
Jonathan Ryss-Meyer tiene mirada de loco. Cuando le vi en "Match Point" de Woody Allen ya lo pensé. Si añades unas gotas de egoísmo, mal carácter y lujuria, el actor borda el papel.
¿Que si la serie crea falsos históricos? Pues sí, pero los lleva a unas localizaciones totalmente acordes con la época, por no hablar del vestuario, creo que de los mejores en este tipo de series.
Mientras vemos pasar al inmenso amor de Catalina de Aragón por Enrique, los castigos del Rey a quien no está con él en sus opiniones, a un carácter caprichoso y ególatra, a una cohorte de aprovechados salvo Tomás Moro, la serie tiene todos los ingredientes para atraer al espectador.
Hay un actor que voy a destacar. Se llama Henry Cavill. Pudo haber sido Edward Cullen, resultó muy joven para dar vida a James Bond en Casino Royal, y a punto estuvo de ser Batman.
En Los Tudor, su personaje es el Duque de Suffolk, el que más evoluciona de todos: amigo de la niñez del Rey, tras unos años de juventud exacerbada y exagerada sienta la cabeza.
Tiene Los Tudor ritmo en cada capítulo. Tiene aroma a campiña inglesia y a las delicias que se degustan en palacio, a la hambruna de los más necesitados, a castillos de innumerables estancias donde el Rey Enrique retoza con las amantes de turno, color rojo y terciopelo, y sobre todo, reflexiones sobre este monarca que soñaba con trascender. Y vaya si lo consiguió.