En esta entrada de hoy para "Diario Palentino", que comparto también en el portal "Globedia" y en mi blog "Curiosón", al que llegan a diario trescientos lectores de latinoamérica, quiero repetirme una vez más sobre la suerte que corren las últimas tribus de la Amazonia, más concretamente, la tribu ecuatoriana de los "Sapara".
Entre ellos se suscita una leyenda en la que basan su existencia. Sus abuelos les contaron que en una era anterior fueron monos. Un dia el mono coto fue a beber agua al rio Conambo y se convirtió en hombre. Otro mono hizo lo mismo y se convirtió en mujer. De la unión de ambos nace el primer hombre sapara. Para los cronistas y colonizadores europeos, que durante mucho tiempo ignoran la existencia de este pueblo, el nombre hace referencia a un cesto que les servía para mantener los alimentos frescos y portar materiales.
Nunca dejo de sorprenderme con los relatos que llegan desde lejanas tierras, hablándonos de una tribu, que acaso la televisión haya contribuído a mostrarnos estos últimos años con todo lo que aquí hemos ido perdiendo. Una tribu que se aferra a lo más elemental para seguir viviendo, cuyo poder oral ha conservado viva su memoria, en un escenario cada vez más amenazado por la ambición y la invasión de lo que se distingue como el mundo civilizado.
Dos frentes para combatir donde la palabra extinción se hace patente. De un lado, su lenguaje, en boca de unos pocos ancianos del pueblo, y por otra parte, la colonización y destrucción del ecosistema que le servía de acomodo.
Y dos puertas abiertas para la esperanza: para que su lengua no desaparezca por completo, llevarla como asignatura a las escuelas y por otro lado, la entrega este año por parte del Gobierno de Títulos de Propiedad donde puedan serguir desarrollándose. "Para los Saparas el territorio se define como la vida, porque en él hemos habitado por miles de años, por no decir que siempre estuvimos allí, es nuestro hogar, donde encontramos alimento, medicina, educación, recreación, paz, espíritus y ancestros, aquí nacimos, crecimos y tal vez moriremos”.
Algunos datos sobre este pueblo
- En 1680 la comunidad estaba integrada por unos 98,500 miembros, pero a principios del siglo XX la cifra se había reducido a 20,000, según el Ministerio Coordinador de Patrimonio.
- Sobre el número actual de saparas hay divergencias. El Ministerio de Patrimonio mantiene que existen unos 400 saparas en Ecuador y 500 en Perú. Según los cálculos de Ushigua, integrante de la Confederación de Nacionalidades Indígenas, hay 1.500 solo en Ecuador, la mayor parte de ellos en la provincia de Pastaza.
- Se estima que la reducción dramática de la población se debe a la injerencia de empresas madereras y petroleras, además de la mezcla con otros pueblos y culturas que han producido un mestizaje “y la casi extinción de este pueblo”.
- Para que no desaparezca su lengua, que significa "persona de la selva" quieren llevarla como asignatura a las escuelas. El líder de los saparas comentó, además, que subsisten solo dos de los 32 dialectos que tenía el idioma.
- Su preocupación radica en la fonética: “En esa parte sí estamos en peligro, porque los jóvenes que lo han aprendido a hablar no lo hacen como los mayores. Hablan mezclado, el sonido es casi como quichua” y también se ha combinado con el español, dijo.
- Por ejemplo, solo conocieron el avión cuando dos misioneras llegaron a las comunidades, y lo llamaron “arapiaunja”, o ave grande que vuela.
- Aún no saben cómo llamar a los ordenadores o los automóviles, que son desconocidos para los ancianos, que están en varias comunidades desplegadas en la zona fronteriza con Perú.
- En Ecuador existen veintidós comunidades saparas, que viven de la caza y la pesca, en armonía con la naturaleza, y según su mitología son descendientes de los monos, por su gran agilidad.
- Tradicionalmente confeccionan su vestimenta con la corteza de un árbol y, según Bartolo Ushigua, orientan las actividades de la comunidad en base a los sueños.
“Todas las cosas que va a pasar al día siguiente las soñamos y, de acuerdo a eso tomamos decisiones”, como salir de caza o quedarse en casa porque acecha algún peligro, comentó Ushigua. Esa cosmogonía se plasma en el lenguaje, que la comunidad quiere rescatar como forma de preservar su propia identidad.Fuentes consultadas:
Agencia EFE
"El Nuevo Heraldo"
"La historia de los Saparas"
Imagen: "Rastreador de Noticias"