Don't Drink the Water
Se me escapan las razones que impulsaron a Woody a desarrollar este notable guión como un telefilm. Porque así es como ha quedado, como el único telefilm de la filmografía de Woody.
Huelga decir que nos encontramos ante el que es posiblemente el mejor telefilm de la historia, junto al inspiradísimo El Diablo Sobre Ruedas, de Steven Spielberg, que con esa vocación fue creado. La primera adaptación cinematográfica de esta historia, representada teatralmente en un primer momento, fue un despropósito, al parecer, y quizá Allen no quiso echar el resto en 1994.
Pues es una pena, porque no tiene demasiado que envidiar a sus grandes obras de los 90's. El universo Allen, con diálogos afiladísimos y su personaje cargado de manías y fobias, está ahí, resplandeciente.
Y, desde luego, es ampliamente superior a alguna otra vulgaridad que ha perpetrado últimamente.
El curioso caso de Woody Allen.Barfly