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Los usos de los dos puntos (:) que no conocías.

Publicado el 10 agosto 2018 por Espacioindependiente

A simple vista, pareciese que, de todos los signos ortográficos habidos y por haber, los dos puntos (:) son los mas simples de usar, los que menos misterio suponen. Después de todo, solo suelen emplearse en casos muy concretos: tras formulas iniciales de saludo, antes de una cita y antes de una lista... ¿cierto? Bueno... no exactamente. En el post de hoy, nuestro nuevo colaborador, el escritor Fabián Torres Massieu, nos explicará todos los usos de este versátil signo ortográfico. 


Los usos de los dos puntos (:) que no conocías.
Por Fabián Torres MassieuTiempo de lectura: 13 minutos.
Nuestro profesor de español de sexto de primaria era un sujeto increíblemente pulcro: amaba hacer listas sobre cualquier tema con tal de mantener el orden:  nombres de compañeros que ese día no habían participado en clase, las tareas de la semana, clasificaciones de preposiciones o conjunciones y, por supuesto, el vocabulario desconocido de la lectura del día. 
El contenido de las listas lo recuerdo solo de pasada, pero lo que nunca olvidaré son los dos puntos (:) que el profesor invariablemente anotaba después del titulo de cada lista.
A partir de observar aquellas colecciones de palabras, aprendí uno de los usos mas populares de los dos puntos: para abrir un listado. Años después, y a medida que mi cantidad de lecturas incrementaba, aprendí que los dos puntos también se emplean tras fórmulas de saludo en cartas (o emails) y antes de insertar una cita textual.
Pero esa no es toda su historia.
Cuando empecé a escribir (y a leer novelas mas complejas), me di cuenta que mi conocimiento de este signo no comprendía ni el 10% de todos los usos posibles que los dos puntos tienen. De hecho, este signo ortográfico es uno de los más versátiles que hay: al emplearlo correctamente enriquecemos nuestros textos, dándoles mas profundidad, precisión y elegancia.

¿Qué son los dos puntos y cómo se usan?

Los dos puntos (:) son un signo ortográfico cuya principal función es detener el ritmo del discurso de una oración para centrar la atención del lector en el siguiente elemento de la misma.
Para que te quede mas claro, imagina a los dos puntos como una advertencia luminosa en medio de una carretera oscura: el anuncio te obliga a bajar la velocidad y te avisa que hay algún inconveniente en el camino, una vez que pasas junto a el no puedes seguir conduciendo como si nada, tienes que prestar mas atención.
Lo mismo sucede con los dos puntos. Cuando el lector los percibe en una oración, su mente rompe con el ritmo de lectura anterior para concentrarse en la información que el escritor está a punto de presentarle. Por esta razón los escritores solemos decir que los dos puntos son una excelente herramienta de énfasis. 
Los múltiples usos de este signo ortográficos se dividen en dos categorías: usos convencionales (o gramaticales) y usos literarios.

1. Usos convencionales o gramaticales. 


Son aquellos que todos más o menos conocemos: nos los enseñan en la escuela y aparecen en los libros de ortografía y páginas web que consultamos de vez en cuando. 
La Real Academia Española (RAE)  acepta los siguientes cuatro usos convencionales: 
  1. En enumeraciones con un elemento anticipador: Se escriben dos puntos justo antes de comenzar una lista o una enumeración de elementos relacionados entre si (en el mismo párrafo). Este es el uso mas conocido y utilizado por los hispanohablantes. 

  2. En estructuras no enumerativas con un elemento anticipador: Este uso es una extensión del anterior. Se escriben dos puntos al finalizar la oración para ampliar el contenido de la misma con una explicación (como lo estoy haciendo en estos incisos.

  3. En el discurso directo: Se utilizan los dos puntos cuando se van a reproducir literalmente las palabras pronunciadas por alguien. Este uso es muy frecuente en la prensa, cuando se está citando las palabras de un entrevistado (un ejemplo de El Mundo "Alex Pastor: No nos planteamos apoyar a Albiol como alcalde en 2019").

  4. En títulos y epígrafes: Para separar un concepto general de su concepto parcial al titular se suelen emplear los dos puntos (Ej. "La historia de la segunda guerra mundial: La guerra vista través de los ojos de los niños").

A estos cuatro usos les llamamos convencionales porque son conocidos y utilizados por todos los hispanohablantes, independientemente de su nacionalidad o profesión ejercida. En otras palabras, son usos "comunes" o no especializados. 

2. Usos literarios.


Aquellos usos que suelen encontrarse con mayor frecuencia en obra literarias, textos académicos y periodísticos.  Si bien aparecen en el compendio de Ortografía de la RAE junto con los usos convencionales (de hecho, dicho compendio no distingue entre usos literarios y convencionales), emplear correctamente los usos literarios requiere de cierto conocimiento de la lengua que, como es natural, no todos los hispanohablantes poseen. 
Para muestras de ello, un botón. La RAE establece los siguientes dos usos literarios: 
  1. Entre oraciones yuxtapuestas: Se usan los dos puntos para conectar oraciones que se encuentran relacionadas entre si (oraciones yuxtapuestas) y con ello se omite la necesidad de colocar otro tipo de nexo (como podría serlo una conjunción o un conector lógico). Existen cuatro tipos de relaciones entre oraciones yuxtapuestas:

    • Causalidad (causa-efecto): Las dos oraciones separadas por los dos puntos guardan una relación de causalidad entre ellas. Dicha causalidad es de tipo general. Ejemplo: "Susana no asistió a la reunión: perdió el contrato".

    • Conclusión o consecuencia: La oración que sigue a los dos puntos es la consecuencia de la primera. Ejemplo: "El auto de Irene se descompuso: tuvo que caminar 10 km en la lluvia".

    • Verificación o explicación de una información anterior. La oración que sigue a los dos puntos añade información explicativa respecto a la oración anterior. No se trata de una consecuencia lógica, sino mas bien de una explicación de tipo general. Ejemplo: "El consumo  de azúcar es peligroso: a la larga, su consumo excesivo produce diabetes tipo II".

    • Oposición. Las dos oraciones separadas por dos puntos guardan una relación de oposición entre ellas. Las oraciones yuxtapuestas que tienen relaciones de oposición son fácilmente identificables, ya que usan conjunciones adversativas: pero, sin embargo, no obstante, entre otras. Ejemplo: "Pensaba salir a correr en la mañana: no contaba con la lluvia".


  2. Con conectores lógicos: Este uso guarda, a su vez, dos posibilidades:

  • Los dos puntos en sustitución del conector: Como ejemplo: "Ha preparado el examen durante ocho semanas: no tendrá problema en aprobarlo" en sustitución de "Ha preparado el examen durante ocho semanas: por tanto no tendrá problema en aprobarlo". En la primera oración los dos puntos sustituyen al conector "por tanto". Si el escritor ha decidido utilizar dos puntos, el conector lógico ya no es necesario.

  • Colocados después de ciertos conectores: Cuando se emplean conectores con intención enfática (a saber, es decir, esto es, ósea, entre otros), de resumen (en conclusión, pues bien, en/con otras palabras) de ampliación (más aun) y de contrargumentación (ahora bien, sin embargo). Se colocan los dos puntos después de este tipo de conectores.

¡Muy importante! En los dos casos anteriores, la oración que se sitúa después del conector lógico no se inicia con mayúscula.
Tip extra: Si no estás acostumbrado a emplear los usos literarios en tus textos, te recomiendo que empieces a hacerlo poco a poco y conforme te vayas familiarizando con ellos; nunca de sopetón y de un día para otro. Recuerda que, como con todo nuevo conocimiento, el aprendizaje es lo que hace al maestro.
¿Tienes alguna duda sobre alguno de los usos que menciono? Escríbela en la sección de comentarios y te responderé a la brevedad.

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