O al menos esa es la conclusión que sacaría cualquier persona que hojease estos días un periódico.
No hacen más que aparecer nuevos datos que ponen en evidencia lo chorizos y sinvergüenzas que son, presuntamente, casi todos los miembros del PP valenciano, desde el honorable (jiaz) president de la generalitat, hasta el último mono con capacidad de decisión en cualquier ayuntamiento de la comunitat. Si echa uno un vistazo a la educación en esta región española, se aburrirá de ver colegios consistentes en barracones, o prefabricados; niños saliendo en fila india cogidos de una cuerda para poder ir a comer en otro colegio porque en el suyo no hay comedor; directores denunciados por poner una foto cabeza abajo de un perfecto y absoluto cretino inútil como es el conseller de educación. Que miramos a la sanidad? Pues hoy mismo sale publicado en un periódico que la consellería de sanidad destina ya el 20% de su presupuesto a pagar servicios privados, a lo que yo añadiría que gasta otro 20% en pagar a una enorme caterva de gerentes, directores, subdirectores, jefes, jefecillos y lameculos, perfectamente prescindibles, que dan muestras diariamente de su torpeza e ineficacia.
Una comunidad donde, sólo por llevar la contraria al partido en el gobierno central, se ponen tantas trabas para tramitar las ayudas a la dependencia, que la gente se muere antes de tener respuesta. Y que un chaval, para pedir una subvención al alquiler de una vivienda, tiene que hacer tantos trámites y con tanto papeleo, que le viene más a cuento seguir viviendo con los padres.
Pues a pesar de todo esto, lees las encuestas y estos chorizos presuntos e inútiles comprobados, siguen a la cabeza en intención de voto.
Si esto no es estupidez, no se qué puede ser.