Para una célula es difícil mantenerse sana en un organismo enfermo. En una sociedad ineficiente, una burbuja de funcionalidad estallaría. Así mismo, no pueden potenciarse ciertos valores éticos –seleccionados y filtrados- en medio de una debacle de integridad moral. Rescatar códigos de conducta social, implica aceptar también aquellos que desentonen con la ideología imperante.
Desde los medios oficiales, nos llaman ahora a recuperar los valores perdidos. Según la versión de comentaristas televisivos, la responsabilidad del deterioro recae fundamentalmente sobre la familia, una parte en la escuela… y ninguna sobre el gobierno. Hablan de mala educación, groserías, falta de solidaridad y extensión de malos hábitos como el robo, la mentira y la indolencia. En un país donde por medio siglo el sistema educativo, toda la prensa y los mecanismos de producción y distribución cultural, han sido monopolios de un único partido, vale la pena preguntarse ¿de dónde ha surgido tal depauperación?
Yoani María Sánchez Cordero Filóloga y periodista cubana