Por Martín Olivar
Desde hace muchos años se escucha en la Argentina de manera repetida y, milagrosamente casi sin que se produzca una grieta, que estamos frente a una crisis de los valores de la sociedad. Lo curioso es que a pesar del alto grado de coincidencia en el diagnóstico, cuesta tanto encontrar un tratamiento y una salida a una cuestión tan sensible.
Cuántas veces nos ha sucedido que nos encontramos leyendo o simplemente hablando con otra persona sobre situaciones que entendemos como equivocadas, incluso a veces absurdas, que involucran conductas y decisiones de otros.
Las personas tomamos decisiones en forma constante en nuestras vidas, desde las más cotidianas como el horario en el cual nos levantamos, qué desayunar y en qué medio de transporte movilizarnos para llegar al trabajo, como otras quizás más determinantes para nuestro futuro como qué carrera universitaria estudiar; en dónde hacerlo o cambiar de trabajo.
Casi sin percibirlo en cada una de estas decisiones se pone en juego nuestro sistema de valores.
Claro que hablando de valores las cosas no son tan simples. En principio las personas creemos que tenemos claro cuál es nuestra "escala" de valores; sin embargo, si en este momento tuvieras que escribir en orden cuáles son tus primeros 5 valores quizás no sería tan fácil de responder. Y si lograras armar la lista, ¿podrías asegurar que todas tus decisiones del último año han respondido a esa escala? Y más aún, ¿cómo consideras que le ha ido con este tema a tu familia, a tus amigos, a la empresa donde trabajas, a la sociedad que pertenecés... a los gobernantes de tu país?
Como hemos visto, la identificación de la escala de valores y luego alinear las decisiones a la misma, es una búsqueda esencial para las personas y la sociedad en su conjunto. Pero alguien podría preguntarse, ¿de dónde surgen los valores? Los valores se generan a partir de las "creencias".PUBLICIDAD
De este modo, si una sociedad "cree" que se debe tratar a las personas con educación y respeto para promover su compromiso, entonces el valor derivado es, "Educación y Respeto" y las conductas que se espera en su toma de decisiones deben estar alineadas, con la educación y el respeto.
Del mismo modo si esa sociedad "cree", que las necesidades y problemas particulares (fundados incluso en causas que podrían ser correctas), de un grupo deben tener prioridad para la sociedad en su conjunto, entonces el valor derivado es "Egoísmo y desintegración social" y desde ya que las conductas asociadas estarán alineadas.
MARTÍN OLIVAR
Aquí es entonces donde deberíamos proponer, luego de tantos años de enfrentamiento social, que la Argentina funde las creencias básicas que deriven en los valores que instrumenten una guía de conductas que todos los integrantes de la sociedad (independientemente de nuestro pensamiento político) debiéramos defender y desde ya alinear con nuestra toma de decisiones.
La Argentina se forjó y vivió sus mejores años apalancada en los valores del trabajo, la educación y el respeto por los demás. Durante muchos años la sociedad argentina comprendió que el esfuerzo, la dedicación, el trabajo honesto, el compromiso la constancia y la educación eran las bases del camino que la llevaba a construir un futuro mejor; y así fue.
Creo no equivocarme al pensar que la gran mayoría de las personas que componemos esta sociedad acordamos que estos valores deben ser la base irrenunciable para la construcción de un país más justo para todos.
Solo por dar un ejemplo que alienta y que ilumina esta idea, un empresario textil argentino, Carlos Vilariño, CEO de Textilcom una de las fábricas de indumentaria más importantes de este país, hijo de inmigrantes españoles, y movilizado por la "creencia" que, con trabajo, esfuerzo, voluntad, constancia y compromiso se puede construir un país mejor y convencido del valor de la educación y el trabajo como vector principal de la generación de movilidad social ascendente, tomó la decisión de crear dentro de su empresa una escuela de oficios, con el objetivo de que las personas cambien planes sociales por trabajo genuino.
Esto ha llamado la atención de diversas ONGs que, de la mano del Movimiento por los Valores de la Argentina, se han acercado a Textilcom, y en forma colaborativa promueven el valor de la educación y el trabajo, y la esperanza para mucha gente que nuevamente puede sentir y mostrarles a sus hijos con "orgullo" que el esfuerzo y el trabajo son el camino para estar mejor.
Debemos abandonar la idea de que una persona salvadora va a venir a sacarnos de nuestros problemas; cada uno de nosotros, desde nuestro pequeño espacio, podemos colaborar para hacer de la Argentina un país mejor para todos.
Fuente: https://www.cronista.com/columnistas/los-valores-y-la-toma-de-decisiones/