La Guerra Kree-Skrull es un clasicazo de Marvel a pesar de que es una saga mediocre. La responsabilidad de que un buen argumento al final no brillase todo lo que podía se debe, paradójicamente, al creador del mismo, el guionista R. Thomas. Un autor muy mediocre y poco original (una parte importante de su producción son adaptaciones o versiones), él mismo reconoce que esta saga se inspira en la novela This island Earth adaptada al cine con el mismo título pero conocida aquí como Regreso a la Tierra, que, sin embargo, tiene una obra bien sólida y profusa gracias a su cultura, a su ego y su avidez lectora. De esto es testimonio que muchos de los títulos de las grapas que componen la saga son guiños a obras de CF. Objetivo la Tierra es también el título de una peli de 1954 que en España se conoce como Invasores de otros mundos, Viaje al centro del androide recuerda a Viaje al centro de la Tierra a pesar de que su argumento es el de la peli Un viaje alucinante, La guerra de los monstruos evoca a La guerra de los mundos, Más que inhumano alude a la novela de Sturgeon de 1953 Más que humano (la cual avanza el tema de los mutantes), 1971: una Odisea espacial a la peli de Kubrick 2001, He aquí los mandroides a la novela de Moorcock de 1969 He aquí el hombre (que es una frase de los Evangelios), Algo inhumano viene hacia aquí es la versión del título de una novela de Bradbury, Algo malvado viene hacía aquí, en España conocida como La fiera de las tinieblas, La amenaza de Andrómeda es también el título de una novela de Crichton de 1969 que se adaptó al Cine en 1971 (el mismo año en que se empezó a publicar esta saga) y El fin de la divinidad esconde la novela El fin de la infancia de A. C. Clarke.
El trabajo de Thomas se caracteriza por una prosa demasiado recargada y muchas veces reiterativa o innecesaria, esto hace que sus guiones hayan envejecido mucho. Una excepción es esta saga seguramente por los dibujantes con los que colaboró pues el resultado final de las obras de Thomas, como practicaba el método Marvel, dependía mucho del trabajo del dibujante. Por ello sus mejores obras, como los primeros nº de Conan el Bárbaro, son aquellas en las que su pareja era la que dirigía el baile. El argumento es original y parte de lo único bueno que tiene Thomas como guionista marvelita, la capacidad para concretar las posibilidades creativas de lo ideado anteriormente por Lee&Kirby. Pero la mediocridad de Thomas se manifiesta en que jamás vio las posibilidades de su idea. La saga es como es gracias a N. Adams, por ello compartó con él que se sienta el autor de la misma, y no es todo lo buena que podía haber sido porque Thomas aprovechó un despiste del dibujante para acabarla
La saga comienza muy bien. Aunque los nº más populares son los de N. Adams (los que llevan lo títulos-guiños a la CF), los mejores son los de S. Buscema. El principio es una aventurilla de un grupo de vengatas flojo en poder sencilla, interesante y entretenida que tuvo, además, la bondad de hacer que Thomas se le ocurriese la idea de que los Kree y los Skrull fuesen archienemigos y que eso pusiese en peligro a la Tierra. Así, el siguiente nº es un episodio de transición. Una historia sin acción que tiene como objeto preparar la vuelta del trío de vengatas por excelencia (Thor, Capi y Iron Man) a la cole acompañados por uno de los mejores dibujantes mainstream, el ya mencionado N. Adams, quien colaborará en los argumentos tan bien que acabó provocando que Thomas tuviese miedo de que le robase su historia de modo que la cerró en cuanto pudo. Con la llegada del dibujante la saga entra en otra dimensión gracias a su notable dibujo académico y sus ideas. Su 1º nº, un clasicazo en sí mismo por su espectacularidad, es el último bueno de la saga. A partir de aquí a Thomas le entran las prisas y así estropea una saga que por su complejidad y bondad precisaba más espacio. La aparición de los inhumanos es resuelta con demasiada rapidez (tampoco está mal porque N. Adams dibuja a los peores inhumanos de la Historia; seguramente ya estaba cansándose), lo mismo pasa con la saga ya que es resuelta en 2 grapas. Está claro, en perspectiva, que los planes de N. Adams para que durase más, que incluía un nº en el futuro, una audacia para la época que demuestra que el dibujante es mejor narrador que el guionista, eran mejores que los de Thomas, quien nunca planificó su saga. Sólo hay que leer el anticlimático último nº por lo precipitado que es, con la idea de los tremendos poderes mentales de R. Jones (algo que siempre me ha parecido tontísimo), para darse cuenta. Una grapa es demasiado poco para resolver 5 tramas paralelas de una historia de magnitud galáctica. Lo demuestra el que el total de sus viñetas es muy superior a la media de Marvel. Sólo queda una pendiente, lo que hace que el tomo no sea concluyente. Cosa que, imagino, disgustará a aquellos que no sepan como concluye la trama de Clint. Así pues, el resultado es una saga de final precipitado que va de más a menos que se ha convertido en un clásico por las aportaciones al UM de Thomas y por el trabajo de N. Adams.
Los 4 1º nº de la saga son uno de los mejores trabajos de S. Buscema porque la habitual espartanidad de sus dibujos está comedida. Así, brillan en las páginas su buena narrativa, que aligera al pesado de Thomas, y su magistral estilo sintético, puro cómic pop. Ahí están las fabulosas 1º 5 viñetas del 1º nº como magnífico ejemplo de lo que este gran artesano podía conseguir en sus días buenos. Con N. Adams la saga cambia totalmente porque su estilo es totalmente diferente al de S. Buscema. Su academicismo apolíneo, su búsqueda de la profundidad por medio de la figura, su manierismo (un tanto gay) y su espectacularidad son elementos que se salen del cómic pop. Por eso la saga adquiere un aspecto moderno (ya que su estilo es el que se ha impuesto en el mainstream desde los 90) y lo que es decisivo, realista, de modo que la carga emocional de sus páginas es diferente. Un trabajo que impactó sobremanera a A. Davis ya que las 4 grapas de N. Adams están plagadas de viñetas luego versionadas por el inglés en su dilatado trabajo que es, en sí mismo, un homenaje a lo que supuso aquel en el mainstream. Completa la saga J. Buscema, que podría haber sido N. Adams de haber puesto más interés en los superhéroes, que hace uno de sus mejores trabajos sin duda picado por el recital de este.
La edición de Panini tiene la pega de que el papel no es el más adecuado para el color y es tan fea como robusta pero es ajustada de precio. Incluye un lamentable artículo que el ridículo Fonseca tilda de ensayo. Un ensayo es algo crítico y profundo, no un relato superficial que no va más allá de la anécdota, por tanto, lamento, porque esta 2º edición es más cara, no haberme hecho con la anterior ya que sólo se diferencia, además de por ser 3€ más barata, en que no incluye el “ensayo” de Fonseca.
Así pues La Guerra Kree-Skrull es un clasicazo y, a pesar de que su mediocridad made in Thomas, una lectura entretenida y vital para comprender el UM y el mainstream. Para ilustrar su importancia sólo hay que decir que esta saga es la semilla de muchas historias, entre ellas Tormenta Galáctica, Siempre Vengadores e Invasión Secreta.