Revista Cultura y Ocio
Desnudo,
solitario,
el corazón simula
escribir unos versos
que lo envuelven.
Detrás ,
las letras inundan
abismos de penumbras
que comprimen
la pureza del alma.
La razón ,
atrapada por las paredes
se marchita en el recuerdo
calmo de los días.
Morir cautivo
es el destino
incierto del ciego.