Revista Cultura y Ocio

Los viajeros de la noche (Helene Wecker)

Publicado el 31 octubre 2014 por Elpajaroverde
Con el nombre de cerámica se conoce el arte de fabricar objetos de porcelana, loza y barro a partir de arcilla u otro material cerámico mediante su transformación por la acción del calor. La palabra deriva del término griego keramikos, que significa 'sustancia quemada'. Podríamos decir pues que son dos las materias primas que se necesitan para crear un utensilio o una pequeña obra de arte: arcilla y fuego. Dos elementos de naturaleza completamente diferente pero que unidos pueden crear algo bello y útil. Arcilla, originaria de la tierra, que nos evoca consistencia, estabilidad, perdurabilidad, pero también maleabilidad y ductilidad. Fuego, producto de una reacción química, nos sugiere algo espontáneo, impredecible, incontrolable, fuente de destrucción pero a la vez de calor, ese calor tan necesario a veces para la vida y que obra milagros cuando se le da buen uso en su trabajo con la arcilla. Es como si la arcilla estuviese esperando al fuego para acabar de realizarse y descubrir su potencial, y el fuego necesitase de la arcilla para canalizar su energía hacia algo fructífero y provechoso.

Los viajeros de la noche (Helene Wecker)

Portada de Los viajeros de la Noche

Pero me estoy adelantando, pajaritos, aún quedan muchas páginas hasta que arcilla y fuego se encuentren. Y no, no os traigo esta semana un manual de alfarería, os traigo una novela de literatura fantástica, a pesar de haber tenido la impresión durante buena parte de ella de estar leyendo una ficción muy real, algo para mí muy positivo. Y sí, ya sé que esta puntualización pueda haceros a muchos desistir de seguir leyendo esta reseña, tanto a los amantes del género como a los reacios a sumergiros en él, por pensar que no es ni uno ni lo otro. Pero a mí me encantan las lecturas de límites difusos y fronteras por cruzar. Vosotros, como siempre, sentiros libres de seguir vuelo conmigo o de ir en busca de ramas más conocidas y seguras.
"Los viajeros de la noche" narra la historia de dos criaturas sobrenaturales que llegan involuntariamente al Nueva York de finales del siglo XIX. Se trata de una golem y de un genio. Un genio de los de la lámpara, sí, un fuego latente, sólo que en este caso es liberado de un tarro antiguo en el que lleva siglos confinado bajo el sortilegio de un hechicero. Su libertad, sin embargo, no es completa, pues es incapaz de abandonar su forma humana. Tendrá que esforzarse por pasar desapercibido hasta que encuentre el modo de librarse de esa cárcel de carne y hueso. La golem es una mujer hecha de arcilla, una forma insólita para los de su especie. Desembarca en Nueva York tras perder a su amo durante la travesía. Los golem son seres creados para obedecer a sus amos y satisfacer todos sus deseos. Nuestra mujer de arcilla se encontrará perdida y desorientada. Los mandatos de su amo han sido sustituidos por lo anhelos de toda persona con la que se cruza que gritan en su cabeza urgiéndola a actuar. Tan sólo una mano amiga que sabe reconocer lo que en realidad es, la ayuda a silenciar su imperante necesidad de complacer a todos y la enseña a empezar a comportarse como una mujer de verdad para no levantar sospechas.

Los viajeros de la noche (Helene Wecker)

Fotos: Daniel Lobo y M Yashna

Los viajeros de la noche (Helene Wecker)

Aquí los tenéis, pajaritos, arcilla y fuego bajo una apariencia humana. No necesito explicaros las personalidades de los dos protagonistas de esta novela pues ya lo he hecho en el primer párrafo de esta entrada. Os dije también que había mucho más que fantasía en esta historia, ¿verdad? Helene Wecker situa su novela en una ciudad de Nueva York que crece a pasos agigantados, una promesa para inmigrantes de cualquier lugar del mundo que buscan forjarse un futuro y una vida próspera. Sus nacionalidades, culturas y religiones profesadas hacen que se agrupen por barrios formándose así numerosos microcosmos dentro de la gran urbe. Todos ellos tienen esperanzas, anhelos, angustias y miedos. Wecker crea un elenco de personajes completos y bien elaborados. Utiliza la figura del narrador omnisciente para ello, lo que le permite desarrollarlos desde un prisma mucho más amplio. Tiene además la generosidad de contarnos la historia de cada uno de ellos para que podamos entender mejor sus motivaciones para actuar como lo hacen. Yo siempre valoro esa generosidad en la construcción de personajes, y esas subtramas que se desarrollan en torno a estos. No sólo por lo muchísimo que lo disfruto, sino también por lo que beneficia y enriquece a la trama principal. Nadie está en esta novela por casualidad, pero las azarosas vidas de cada protagonista y sus decisiones tomadas les llevarán a aparecer en el momento justo para realizar su papel estelar.
Vuelvo a remitirme a la ciudad de Nueva York. Hay novelas en las que la ubicación elegida es un personaje más. Esta es una de ellas. Tanto la época elegida como la ciudad en sí. Nueva York y sus mil caras. El barrio judío, Little Siria, las zonas más ricas y elegantes con sus mansiones, Ellis Island como punto de acogida de los nuevos habitantes, Central Park con su vegetación, sus fuentes y estatuas, un pulmón para respirar en una ciudad que crece más y más. Las calles nocturnas y solitarias en las que adentrarse en una versión desconocida de la metrópolis. Y la vida en los tejados, un mundo paralelo en una ciudad que rasca el cielo.

Los viajeros de la noche (Helene Wecker)

Immigrants arriving at Ellis Island. Foto de Chris

La golem vivirá en el barrio judío, el genio lo hará en Little Siria. No podía ser de otra manera, no en vano ambos son exponentes de dos mitologías cuyas raíces se pierden en el tiempo: la mitología judía y la mitología árabe. Y es este otro aspecto que me gusta de esta novela. Parece que siempre nos acercan estas dos culturas a través de su Historia, religión y costumbres. Me ha agradado el descubrimiento de estas creencias antiguas, de esos mitos que aunque olvidados y denostados aportan tanto a la personalidad de los pueblos. Me ha gustado conocer a una golem, por ser para mí más desconocida. También al genio, por discernir qué de auténticos tienen esos compañeros suyos de especie que aparecen en los cuentos. Y sí, algo de cuento también hay en esta novela.
Cuento, magia y fantasía. No hay que olvidar la vertiente fantástica de esta historia. Porque golem y genio se encontrarán y se reconocerán como extrañas criaturas. Porque su propia naturaleza reprimida les descubrirá a pesar de sus intentos por ocultarse. Porque lo diferente siempre está en peligro y lo exótico y poderoso siempre es codiciado. Nuestras criaturas de naturaleza opuesta e improbable amistad tendrán que hacerle frente a una fuerza más poderosa que ellos. Pero esto ya no os lo cuento, tendréis que leerlo vosotros.
Así que ya veis, pajaritos, me he creído el cuento: la mujer de arcilla y el hombre de fuego. ¿Y sabéis qué? Me ha parecido lo más lógico y natural del mundo. Al fin y al cabo todos nos hemos sentido alguna vez extraños entre un grupo de gente; todos en ocasiones hemos intentado camuflar nuestro auténtico yo por no sentirnos excluidos; todos nos hemos sentido atraídos y hemos conectado con personas opuestas a nosotros, y nos hemos maravillado al descubrir lo bien que funcionaba esa improbable unión (arcilla y fuego trabajando juntos); todos nos hemos debatido entre lo que nuestra naturaleza determina y lo que realmente aspiramos a ser. Todos hemos sido alguna vez viajeros de la noche.

Los viajeros de la noche (Helene Wecker)

Central Park. Fotografía de Yeffrey Zeldman

Ficha del libro:
Título: Los viajeros de la noche
Autor: Helene Wecker
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 2014
Nº de páginas: 512

Más sobre "Los viajeros de la noche"


"Los viajeros de la noche" es el debut literario de la escritora estadounidense Helene Wecker. Ha sido traducida a quince idiomas y fue finalista del John Leonard Prize, el premio de primera novela del National Book Critics Circle Award.
Para los que esteis interesados os dejo el enlace a sus primeras páginas.
Y el próximo viernes... os propongo un vuelo por las últimas décadas de este mundo globalizado en el que vivimos y de esta sociedad cruel y avariciosa. Una caída al abismo cuyo golpe mortal aún estamos a punto de detener. "Bumi Barú" de Marta Mañes Ferrer.

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