Carátula del juego. Imagen: Gamefaqs
En el próximo número de RetroManiac, el 7 (sí, sí, estamos trabajando en ello ¡aunque no lo parezca!), publicamos en la sección 'loading' un pequeño comentario sobre E.V.O. Search of Eden que nos ha mandado un lector, un juego que ya de por si no es muy conocido en estos lares por su temática entre RPG y plataformas, y porque no llegó a ser lanzado en Europa. A E.V.O. ya lo conocía por haberlo probado en la época de explosión de emuladores, pero no soy muy de juegos de rol, así que no pasé más de 10 o 15 minutos con él. El caso es que sabía poco, tan sólo que lo publicó la todopoderosa Enix, así que una rápida búsqueda en la wikipedia me proporcionó algo más de info para completar el texto llamándome poderosamente dos aspectos: Primero, que podía considerarse una secuela de un juego para el ordenador japonés de NEC, el PC-9801 llamado 46 Okunen Monogatari: The Shinka Ron (¡toma!), y segundo, que lo había programado un estudio nipón llamado Almanic... ¿Almanic? Ese nombre me sonaba algo más.
Siguiendo el rastro, si veis la información que proporciona Wikipedia sobre Almanic (bastante completa para un estudio así la verdad), veréis que tuvo una vida más bien corta (desde 1989 hasta el 97 más o menos), que cambió de nombre en el 95 y que estaba compuesta por antiguos empleados de Technos. Un rápido vistazo a su 'juegografía' llama nuevamente mi atención. Aparte de ese E.V.O. para la Super, también son los creadores de las dos partes de Wonder Project J y de una de las entregas de la fantástica saga Kunio-kun (River City Ramson, Nintendo World Cup, Super Dodge Ball...). ¡Wow! Esto tengo que verlo...
E.V.O. Extraño pero atractivo a su manera. Imagen: Wikipedia
El juego en cuestión desarrollado por Almanic para Technos se llama Shin Nekketsu Kōha: Kunio-tachi no Banka (traducido en la wiki como The New Hot-Blooded Tough Guy: The Eulogy of Kunio and Co.). Siempre resulta curioso comprobar como los 'escindidos' pueden volver a colaborar con la empresa madre que les dio de comer hacía unos años, y más cuando se le da una de sus series más importantes, y por lo visto el pequeño estudio japonés no decepcionó siguiendo a rajatabla los preceptos de tan magna serie. A saber, muñecotes cabezones y pandilleros, puñetazos, algo de RPG, y un buen acabado artístico. Sin embargo la portada si que parecía algo distinta a lo que estamos acostumbrados a ver en las cajas de los juegos de Technos, y esa moto ochentera con las colegialas niponas y los 'chusmillas' de uniforme y pelo engominado no pasaron desapercibidos para este que suscribe.
Yo no resistiria la tentación después de ver
esa portada... Imagen: Wikipedia
Y es que resulta que entre los niveles de peleas se intercalan algunas fases con mecánicas diferentes, y una de ellas es a bordo de una de estas motos en una autopista cargándonos a los motoristas enemigos de pandillas rivales. Parece ser que si jugamos a dobles uno de los jugadores controla el movimiento de la moto, mientras que el otro puede pegar castañazos a todo el que ose acercarse a nuestra rueda trasera. Interesantes son también los nombres de los créditos del juego, con muchos tipos 'importantes' que ya antes habían colaborado o directamente dirigido otros juegos de la serie. En realidad todo quedaba en casa, aunque al poco parece que sobrevino una crisis en Almanic que le llevaría a cambiar primero de nombre, y luego a desaparecer.
Chulo, ¿eh?. Imagen: Wikipedia
A finales del 94 Almanic lanzó a través de Enix Wonder Project J, un curioso juego típicamente japonés que mezcla aventuras, diálogos y algo de rol en una línea mucho más habitual de lo que podía verse en los ordenadores nipones de la época. Con todo, los buenos gráficos y críticas notables le valieron para crear una secuela en N64, pero esa es ya otra historia. En enero de 1995, y con el nombre de Givro, estos chicos se atrevieron con la 32X (mala decisión) y lanzaron bajo el paraguas de Sega 'Cosmic Carnage', uno de esos juegos de lucha mediocres que no pasarán precisamente a la historia.
Wonder Project J2. Único de su especie en N64. Imagen: Gamefaqs
Más interesante, y el quid de todo este rollo, sería su siguiente juego: Super Mad Champ. Publicado nuevamente en Super Nintendo en exclusiva para Japón en marzo de 1994 y por Tsukuda Original (¿mande?), se trata de un arcade de motos en toda regla que parece aprovechar el engine desarrollado para aquellas carreras que salpicaban de vez en cuando el mentado Shin Nekketsu, incluso los personajes, aunque diferentes a los de la saga de Technos, guardaba cierto parecido con su aspecto entre super deformed y caricatura japonesa. La sorpresa estriba en que es realmente un muy buen juego, divertidísimo, con un scroll suave como pocos, jugable y todo sin hacer excesivos aspavientos. Le da unas cuantas vueltas al aburrido Road Rash de EA, está repleto de detalles y un sentido del humor envidiable, y encima nos podemos bajar d ela moto para echarnos unos puños con los contrarios. Para partirse de risa. Echadle un vistazo a este completo análisis para más información y disfrutad con las capturas de pantalla a partir de la mitad del texto.
¡A palos en la carretera! Imagen: Wikipedia
Por cosas como estas nos encantan los videojuegos retro. Encontrarnos joyitas que para la mayoría nos son desconocidas, catálogos más que vistos que de repente esconden sorpresas así, relaciones entre empresas y las personas que hay detrás de ellas, "dires" y "diretes"... Es genial. A partir de un cartucho que conocíamos por haberlo probado en emulador, llegamos a un estudio que desarrolló uno de los juegos más particulares para N64, que participó en una saga como Kunio-kun, y que finalmente aprovecha su trabajo en el mismo para lanzar un juego de carreras con personalidad propia y bastante curioso. Eso sí, al final no he completado el artículo de E.V.O. y como siempre, nos hemos ido por las ramas XD
Gracias a la info recogida en Wikipedia y sus referencias, y sobre todo RVGFanatic, sin sus aportaciones hubiera sido imposible encontrar esta info.