En un estudio, de la Florida Atlantic University publicado
en el Journal of Autism and Developmental Disorders , los investigadores evaluaron
adolescentes con Autismo (TEA) entre las edades de 12 y 17 años, los cuales
tenían que completar una habilidad seleccionada por los padres como: hacer una
cama, cocinar pasta o atar cordones de los zapatos. Los padres recibieron orientación
sobre el uso de un celular inteligente y su implementación durante la
intervención. Aprendieron a guiar a sus hijos para que observaran el vídeo
instructivo e imitaran lo que vieron para luego brinden comentarios apropiados. Dependiendo
del resultado, se les pidió a los padres que elogiaran, o corrigieran los errores. Los investigadores visitaron
los hogares de las familias tres veces por semana durante una hora durante la
intervención de cada familia, que duró entre cinco y siete semanas. Los
resultados del estudio mostraron que todos los niños mejoraron sustancialmente
la finalización correcta e independiente de sus habilidades de la vida diaria,
lo que valida que los procedimientos de video son efectivos para mejorar los
déficits de habilidades. Si bien los padres tuvieron éxito en la implementación
del video que impulsó la preparación y los procedimientos, fueron
inconsistentes con las estrategias de consecuencia, como el elogio social y la
corrección de errores. No obstante, los niños aún dominaron sus habilidades y
mantuvieron la habilidad tres semanas después del final de la intervención. Los
datos de este estudio también revelaron que ninguno de los niños requirió más
de 17 intervenciones para alcanzar los criterios de dominio. Además, este
estudio llama la atención sobre la importancia de las prácticas basadas en
evidencia para las familias de niños mayores con TEA.
Revista Salud y Bienestar
En un estudio, de la Florida Atlantic University publicado
en el Journal of Autism and Developmental Disorders , los investigadores evaluaron
adolescentes con Autismo (TEA) entre las edades de 12 y 17 años, los cuales
tenían que completar una habilidad seleccionada por los padres como: hacer una
cama, cocinar pasta o atar cordones de los zapatos. Los padres recibieron orientación
sobre el uso de un celular inteligente y su implementación durante la
intervención. Aprendieron a guiar a sus hijos para que observaran el vídeo
instructivo e imitaran lo que vieron para luego brinden comentarios apropiados. Dependiendo
del resultado, se les pidió a los padres que elogiaran, o corrigieran los errores. Los investigadores visitaron
los hogares de las familias tres veces por semana durante una hora durante la
intervención de cada familia, que duró entre cinco y siete semanas. Los
resultados del estudio mostraron que todos los niños mejoraron sustancialmente
la finalización correcta e independiente de sus habilidades de la vida diaria,
lo que valida que los procedimientos de video son efectivos para mejorar los
déficits de habilidades. Si bien los padres tuvieron éxito en la implementación
del video que impulsó la preparación y los procedimientos, fueron
inconsistentes con las estrategias de consecuencia, como el elogio social y la
corrección de errores. No obstante, los niños aún dominaron sus habilidades y
mantuvieron la habilidad tres semanas después del final de la intervención. Los
datos de este estudio también revelaron que ninguno de los niños requirió más
de 17 intervenciones para alcanzar los criterios de dominio. Además, este
estudio llama la atención sobre la importancia de las prácticas basadas en
evidencia para las familias de niños mayores con TEA.
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