Por Gabriel Flores
(Publicado originalmente en diario El Comercio, Quito, el 15 de febrero de 2020)
En el 2013, la Tierra comienza a quedarse sin habitantes a causa de una peste que se propaga de manera fulminante. Las personas sienten aceleración del ritmo cardíaco y aumento de la temperatura corporal. Después, una erupción escarlata se esparce por todo su cuerpo y mueren.
Este es el escenario apocalíptico en el que está ambientada ‘La peste escarlata’, el libro que el escritor estadounidense Jack London publicó en 1912, una historia que se ha convertido en un clásico de la literatura dedicada a contar el mundo después del azote de una epidemia o pandemia. En esta novela, las ciudades comienzan a vaciarse, mientras que los sobrevivientes buscan refugio en el campo.
70 años después de la tragedia, el último superviviente de la peste -entonces joven profesor universitario y ahora anciano de casi 90 años- intenta, al final de su vida, transmitir parte de su experiencia a sus nietos casi salvajes.
40 años más tarde (1954), Richard Matheson publicó otro de los clásicos del género titulado ‘Soy leyenda’. En esta historia el protagonista es Robert Neville, el único superviviente de una guerra bacteriológica que destruyó el planeta y que ha convertido a la humanidad en vampiros.
Neville está condenado a pasar las noches en casa y a salir durante el día para rastrear los escondites de los vampiros y matarlos. A diferencia de lo que ocurre en la adaptación cinematográfica protagonizada por Will Smith, en la cual hay una lucha por la supervivencia de la especie humana, en la novela el protagonista entiende que la humanidad ha llegado a su fin y que una nueva especie es la que ha ocupado su lugar.
La literatura apocalíptica también ha seducido a escritores como Philip Roth, autor de ‘Némesis’ (2010), una novela ambientada en la comunidad judía de Newark, Nueva Jersey, donde en el verano de 1944 se desata una epidemia de polio. El protagonista es Bucky Cantor, un joven de 23 años, responsable de las actividades al aire libre de los alumnos de una escuela, que vive decepcionado consigo mismo porque la debilidad de su vista le ha impedido participar en la guerra con sus compañeros de generación.
También está el escritor mexicano Mario Bellatín, que en el 2013 publicó ‘Salón de belleza’, una novela corta en la que cuenta la historia de un peluquero travestido que convierte su establecimiento en último refugio para las víctimas de una peste incurable. El protagonista, que no tiene nombre, igual que el lugar donde ocurre la historia, se convierte en el espectador de la agonía de sus huéspedes.
Entre las historias más actuales, y convertida en un éxito de ventas, está ‘Pandemia’, de Franck Thilliez. La protagonista de la historia es Amandine Guérin, una investigadora del Instituto Pasteur a la que encargan la investigación de tres cisnes que fueron hallados muertos por una enfermedad desconocida en el norte de Francia. Guérin tiene como colaboradores a la pareja de policías Franck Sharko y Lucie Henebelle. Los tres tendrán que hacer frente a la extraña epidemia que se está extendiendo por todo el país y encontrar su origen antes que se propague por todo el mundo.