Revista Opinión

Lost

Publicado el 24 mayo 2010 por Gonza_z
Lost
Terminó. Concluyó. Punto final. La mejor serie que pudo dar la televisión a nivel mundial tuvo su cierre ayer, 23 de mayo de 2010. Quiso el destino que sea un 23, un número tan peculiar tantas veces utilizado a lo largo de la serie.Qué decir o cómo empezar una nota sobre algo que demostró tener varias aristas de análisis. La combinación de varias tramas, todas mezcladas entre sí. Ciencia ficción, amor, aventura, misterio; una salsa de argumentos que enamoraron a más de uno. Es que la serie produjo eso. Cientos de miles (por no decir millones) de fanáticos de todo el mundo la vieron.La tan mentada historia de náufragos en una isla perdida dejó de serlo a los pocos minutos de haber comenzado su transmisión. Tan solo rodar ese primer y tan recordado capitulo "Piloto" costó más de 10 millones de dólares.  Allá a lo lejos se ve la primer temporada. Un grupo de desconocidos necesita sobrevivir al abandono de la soledad. Fue necesario, entonces, conformar grupos. Forjar liderazgos, lazos de amistades y tildar a ciertas personas como Otros. Uno de los mejores argumentos de la serie.Cada minuto que transcurría frente al televisor, el público se daba cuenta que la isla no era un pedazo de tierra común. Los autores se encargaron de confirmarlo con pistas (muy alocadas muchas veces) de que la isla era mucho más que un archipiélago. La isla fue un personaje más de la serie. Tal vez el que más presencia tuvo en el elenco. Tuvo presente y pasado. Fue hogar de muchas generaciones de comunidades humanas. Quizás la más conocida será la Iniciativa Dharma. Otro de los argumentos con más fuerzas y que más atrajo al público. Alrededor de esta comunidad científica se trazaron teorías y misterios que generaron pasiones extremas en los fans.Precisamente, fueron los seguidores quienes hicieron de la serie lo que es: un fenómeno mundial. Solamente en Estados Unidos tuvo un promedio de entre 10 y 15 millones de espectadores. Solamente porque fueron otros tantos millones quienes lo vieron desde su computadora o desde algún canal de cable con poca precisión de medir datos. Si alguien alguna vez contabilizara la cantidad de gente que vio las seis temporadas sorprenderían a propios y a extraños.Varias tramas en una. Amor y odio. Muertes y nacimientos. Todo junto servido en bandeja para el espectador lo tome y juegue con su mente tratando de descifrar el misterio que desveló a miles ¿qué es la isla y por qué o para qué los personajes están ahí? Preguntas como éstas y otras más relacionadas a la vida de los personajes fueron respondidas. Algunas con muchos detalles, otras con una pizca de imágenes o tan sólo un diálogo.La genialidad de unir el pasado con el presente y el futuro fue otra de las razones que despertó el fanatismo. De los personajes no solamente se conocieron qué hicieron de su vida sino también que iban a hacer en un futuro no muy lejano. Los viajes de la quinta temporada fueron la excusa perfecta para saciar la ansiedad por saber más sobre Dharma y su comunidad. En buena forma, los guionistas y creadores saldaron esa cuenta pendiente que databa desde las primeras temporadas. El lapso sin imágenes nuevas representó un tiempo ilógico para los seguidores. Fue en esos períodos donde, desde las mentes más siniestras de la web, se crearon cientos de blogs los cuales ofrecían información y rumores (spoilers), publicaban fotos, trailers, videos realizados por fans en homenaje a la serie y sus personaje y se abrieron miles de foros de debate. Simplemente para saber ¿qué era la isla? La sexta temporada llegó para responder. Para encontrar el destino de los personajes y de la isla. Las más inquietantes fueron resueltas, muchas veces sin el condimento que los fans pedían a gritos. En cierto sentido está bien. La serie siempre fue un gran misterio y no había razones para suponer que se develarían todos y cada uno de los secretos.
En la retina de todos quedarán todos los diálogos entre Jack y Locke. Polos opuestos a lo largo y ancho de la serie. Peleas discursivas de alto grado tanto de emoción como de inteligencia. Una joyita que nos regalaron los creadores. Se recordará con humor todos y cada uno de los apodos o nicknames Sawyer o los planteos ilógicos y graciosos de Hurley.
Mención especial a la banda sonora de la serie. Otra joya muy costosa. Emoción, acción, amor todo reflejado en las manos de Michael Giacchino. Una simple muestra.Pero terminó. Tuvo su momento de gloria. Éxtasis total provocó ver los momentos finales. Nadie sabía con claridad que iba a suceder. Y pasó lo peor: el final de la serie. Con lágrimas de por medio se escribirán ciento de millones de líneas como esta. Se navegó entre la ciencia y la filosofía. entre el amor y la fe, la guerra y la paz, para, finalmente, llegar a hoy. Fue la mejor serie que ha dado la industria televisiva. Se festeja y aplauden creaciones como esta; donde no solamente los actores y productores fueron participes sino también sus incondicionales seguidores. The End, hasta siempre Lost.  

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