Lost: el final

Se acabó. No importa si el final gusta o decepciona, si cubre las expectativas o no. Cada uno, tendrá su propia impresión. Lo importante es que se cierra una serie histórica, un antes y un después en la ficción televisiva, no por su calidad, sino, sobre todo, por su repercusión.

Para la ocasión, Cuatro que contaba con los derechos de emisión en abierto en España (junto con Fox), decidió hacer lo que había que hacer (¡al fin!): una emisión simultánea (bueno, con media hora de desfase) en versión original subtitulada a las 6:30 am. Hoy, todo Dios se caga en sus muertos con razón por los problemas de sincronización con los subtítulos y haberse comido alguna que otra escena, fallos que deterioran la calidad de un producto que levantaba una expectación muy importane (estoy deseando conocer el share). Una cagada soberana, hablando en plata. Pero vayamos al tema. Habemus spoilers, aviso.

¿Y ahora qué veo? ¿A qué coño me engancho yo?

Después de una sexta temporada que estaba haciendo aguas por todos lados, no cabía esperar demasiadas respuestas de calado y menos en los dos últimos episodios. Pero tampoco dejar una interpretación libre de lo que ocurre en la isla. Ni tanto ni tan poco. En ese sentido el desenlace es una decepción soberana. Ni electromagnetismo, ni las símbolitos egipcios, ni númeritos, ni nada de nada. Lo único que han hecho es resolver el nexo entre las dos realidades que se nos planteaban de forma paralela: todos muertos, la isla es el presente y la otra realidad, algo así como 'el cielo' en el que los personajes se reencuentran en un futuro indeterminado.

En el fondo, han soltado una cortina de humo emocional (con reencuentros y romanticismo) para enmascarar la cantidad de grietas que quedan sin tapar. Los guionistas cumplen con su cometido: final polémico que dará mucho que hablar. ¿O es que acaso pensábamos que cerrar la serie por completo, explicándolo todo, iba a ser más rentable? Preparáos para horas y horas de entrevistas y material extra en ediciones especiales en dvd de la serie. Acabó la serie, empieza la leyenda. Y el negocio.