Microsoft tiene un mercado muy difícil en el mundo del videojuego que es Japón, y para conquistarlo (o al menos intentarlo, es un hueso duro de roer) firmó con Mistwalker un contrato para que les lanzaran juegos de corte JRPG en exclusiva para su Xbox 360. En principio era una buena estrategia, ya que este estudio es fundado por el creador de Final Fantasy, Hironobu Sakaguchi, pero aunque se lanzaron Blue Dragon (Mistwalker, 2007) y Lost Odyssey (Mistwalker, 2007) las ventas no consiguieron despegar en el territorio nipón y tampoco fueron especialmente importantes en los demás territorios. De esta manera se canceló el proyecto del tercer JRPG que tenían en exclusiva para la compañía americana, Cry On.
Actualmente el grifo de dinero de Mistwalker viene de Nintendo y han lanzado en exclusiva The Last Story (Mistwalker, 2011) para Wii. Esto provoca que pese a que Lost Odyssey vaya a convertirse con el tiempo en un juego de culto (estoy seguro), no va a tener continuación, pese a que el propio creador del juego tenía intención de continuarlo, ya que aunque es un juego cerrado hay partes del guion que se podían extender para continuar la historia. En el fondo, para el que escribe este texto, se prefiere así, este juego me ha marcado y prefiero que sea único. Aquellos pocos que lo han jugado lo ponen como uno de los mejores JRPGs de toda la generación. Acompañemos a los inmortales en esta odisea perdida.
Mil años de recuerdos
La historia nos sitúa en un mundo donde ha llegado la revolución magicoindustrial, y con este poder mágico hay nuevas formas de hacer la guerra. Tomaremos el rol de Kaim, un mercenario que lleva viviendo cerca de mil años porque es inmortal y no recuerda su pasado. A lo largo de la historia conoceremos a otros personajes teniendo un número de 9 protagonistas, pero, junto a Kaim, en nuestro grupo tendremos a tres inmortales más. Ellos están relacionados entre sí, y no se acuerdan bien por qué están en este mundo, quiénes son… Poco a poco según avance la historia estos protagonistas principales empezarán a recordar, y aunque la trama termina cayendo en algunos topicazos japoneses, llega a sorprender por la madurez que tienen los protagonistas, sin ser adolescentes que tienen que salvar el mundo.
Mil años es mucho tiempo, y se notará en su forma de pensar, por lo que han vivido y visto. Para comprender mejor la mente de Kaim, a lo largo del juego según vaya recuperando la memoria podremos ver esos recuerdos, que se basan en texto y música solo, pero todos los recuerdos pueden llegar a hacerte soltar una lagrimita, porque tratan temas de guerras, de racismo, de amor… Kaim ha visto el verdadero corazón del ser humano después de estos mil años, ha sido una persona sin hogar, un viajero eterno que nunca tiene destino y se mueve de un lugar a otro. Ha visto de todo, y la forma de contarlo te hace conectar de una manera especial con él. Posiblemente sea uno de los mejores protagonistas de todos los tiempos de los JRPGs.
El resto de personajes mortales son algo más típicos para los jugones del género (el ligón tonto, el jovencito sin experiencia, hay incluso hasta dos niños pequeños que son hermanos…) pero complementan bastante bien el grupo con los inmortales. Hay que añadir que alguno de ellos va a ser familia directa de los inmortales, ya que ellos pueden tener hijos, pero sus hijos no son inmortales y gracias a ello tendremos escenas muy curiosas ya que ellos permanecen jóvenes siempre, y sus hijos, nietos, etc no. En definitiva la trama está bien hilada, con muchas escenas CGI impresionantes, tiene sus contados giros de argumento y tiene uno de los mejores finales vistos en el género. Sabemos que a los japoneses les gusta en este tipo de género el “Happy Ending”, pero en Lost Odyssey es muy especial, que como dijo Sakaguchi, el juego podría tener continuación…
Mil años de experiencia
En un JRPG otro de los puntos claves para disfrutarlo plenamente es la jugabilidad. En este titulo tendremos dos roles muy marcados en nuestros protagonistas: los físicos y los mágicos. En combate tendremos hasta 5 personajes a la vez y tendremos que posicionarlos en el frente, o en la retaguardia, ya que los personajes que situemos detrás estarán protegidos por la gran mayoría de los ataques por los personajes delanteros. Esto en los enemigos es igual, así que a la hora de combatir tendremos que ir eligiendo bien los enemigos que queremos atacar para ir haciendo mella en la formación enemiga. Lo que es curioso y está muy bien hecho es que los inmortales, al tener 1000 años de vida, son prácticamente buenos en todos, y podrán aprender cualquier habilidad y tener prácticamente cualquier rol que quieras darle, haciendo que estén algo descompensados respecto a los mortales.
También el juego te obliga a avanzar y no pararte a combatir ya que cada zona tiene un nivel fijo, y una vez llegado a ese nivel los enemigos nos darán una cantidad de puntos de experiencia minúscula, haciendo que la dificultad del título sea bastante exigente ya que siempre sueles llegar a las zonas con el nivel que los programadores tenían en mente. Un reto constante para que no te duermas a la hora de combatir.
Por último hay una opción de equipamiento más que son unos anillos, que a la hora de dar la orden de atacar requerirán una correcta ejecución por parte del jugador presionando un botón, aplicándose en ese caso el efecto del anillo que puede ser desde daño elemental de algún tipo (agua, tierra, fuego o viento), a estados de dolencia (veneno, parálisis, etc) o simplemente otras cosas como ataques críticos. Esto hace que durante los combates al menos estés atento y que interactúes algo más que dar a tus personajes simplemente la orden de atacar y ver cómo lo hacen.
Al no ser un estudio muy grande, se nota que el apartado visual es bueno sin llegar a ser espectacular excepto en las escenas CGI que son realmente épicas. Todos los personajes y enemigos tienen buenos diseños y los escenarios tienen un nivel de detalle aceptable, pero no es ni de lejos lo mejor visto. La música corre de la mano de otro artista muy conocido, Nobuo Uematsu, conocido por sus trabajos en muchos juegos del género como Final Fantasy. Personalmente no es uno de mis favoritos y creo que está bastante sobrevalorado, pero la música de este juego me ha llegado. He llorado, he reído y me he motivado en los combates con sus excelentes temas. ¡Qué bien le sienta el rock y el metal a este género! Xenoblade es otro de los ejemplos de este tipo de música y espero que lo hagan así más veces.
Por otro lado a los más fans nos gusta el detalle de poder seleccionar el doblaje original en japonés que como siempre tiene una gran calidad, aunque los subtítulos están sacados del inglés y muchas veces no cuadra lo que dicen y lo que subtitula el juego. El resto de europeos tuvieron hasta su doblaje en francés, italiano y alemán, pero al castellano no llegó.
El juego es bastante lineal hasta el cuarto DVD donde ya puedes explorar bastante, pero no podrás moverte libremente por el mapa del mundo, solo podrás ir de una localización a otro mediante un menú. Aún así hay un buen número de mazmorras, ciudades y pueblos, pero el juego se puede completar en unas 50 horas, y hacer el 100% en unas 60 o 70. Como extra se lanzaron dos DLC de un precio bastante reducido, donde el primero era un set de objetos y el segundo una mazmorra, que aunque era algo genérica añadía habilidades y objetos únicos y el boss más difícil de todo el juego, todo un reto para los expertos.
42 logros (36 originales y 6 del DLC de la mazmorra) le hacen un juego muy rejugable y tiene una partida+ donde empiezas con los inmortales en nivel 50. Para completar aquello que te hayas dejado. Como el juego tiene tiempo y no fue un éxito de ventas no es raro encontrarlo a 10€ en la mayoría de los lugares, ya sea nuevo o de segunda mano. Si te gustan los JRPG y tienes Xbox 360: cómpralo. Si te gustan los JRPG y no tienes Xbox 360: cómpralo. Si no te gustan los JRPG porque son largos, muy topicazos y no eres hábil con ellos: cómpralo.
Y que cumpla mil años o más.
La entrada Lost Odyssey es 100% producto Deus Ex Machina.