Tenemos derecho a pensar que personas cercanas al Gobierno se enriquecerán al privatizar parcialmente la Lotería Nacional (LN), institución pública nacida hace dos siglos y medio bajo Carlos III, quien también definió la actual bandera española.
Los nacionalistas periféricos ya retiran esa enseña, quizás el último instrumento de cohesión nacional junto con la LN.
Sólo hay que recordar la reprivatización de Galerías Preciados, de la nacionalizada Rumasa, para comprobar que los implicados en algunas de estas operaciones suelen obtener gigantescos premios gordos.
Quienes venden los bienes públicos fecundan enormes beneficios en los compradores. Y estos facilitan los embarazos prometiéndole a los políticos favores que, como dice Don Vito Corleone, nadie puede rechazar.
Varias empresas de juego extranjeras, algunas de Las Vegas, están interesadas en comprar un tercio de la LN, que es lo que se pone inicialmente en bolsa.
Los expertos creen que ese tramo vale muchísimo más de los 10.000 millones de euros que el Gobierno dice que recaudará.
Aunque el ingreso sea mayor, el agujero financiero creado por Zapatero es insondable, por lo que después deberá aumentarse el porcentaje de la venta. Finalmente, se pignorará todo.
Hace un par de años finiquitaron casi la mitad del oro del Banco de España para comprar deuda y permitir que este gobierno siguiera tirando más fortunas que el rey Midas.
“Y ahora tenemos que remendar/ el agujero/ del zapatero”, cantan los niños de San Ildefonso.
Pensemos en las inmensas comisiones que recibirá quien salde la LN, un negocio que le da al Estado algo más de 2.800 euros anuales de beneficio neto.
Enseguida habrá decenas de personajes más ricos que hoy. Que harán felices a multitudes de militantes y familiares: Estado del bienestar.
Niños de San Ildefonso: “Todo/ gracias al agujero/ del zapatero”.
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Un artículo magistral sobre esta traición a los intereses españoles. Se debe al proferor Juan José R. Calaza, economista, matemático y una de las mentes más brillantes y amenas de este país. Léase con detenimiento porque sus argumentos tienen peso, mucho más que una liviana crónica bárbara que se fija sólo en los comisionistas que se llevarán los primeros beneficios de la operación.
¡Indignémonos: evitemos la privatización de Loterías y Apuestas del Estado!
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SALAS lo ve todo, antes o después.