LA CRUELDAD ES LA FUERZA DE LOS COBARDES Proverbio árabe
El hecho me pilla lejos, es verdad; pero me irrita y me enoja. Loujain Hathloul puede volver a su casa después de 1001 de prisión por la magnanimidad del principe heredero de Arabia Saudí Mohamed Bin Salman, que lo ha decidido en un gesto hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca. Literal. Me imagino la felicidad de la condenada, aunque sigue pesando sobre ella una prohibición de cinco años para salir al extranjero y tres de libertad vigilada.
Aunque el tribunal de apelación lo negó, hay sospechas de que fue sometida a descargas eléctricas, flagelaciones y abusos sexuales. Loujain fue detenida, junto a otras diez activistas, en el 2018, sometida a juicio y condenada, con la agravante de ser reincidente y haber pasado en el año 2014 setenta y tres días entre rejas. En marzo del 2019, 36 países, ente ellos los Veintisiete de la Unión Europea, secundaron en el Consejo de los Derechos Humanos de la ONU una condena por el menosprecio de los derechos individuales y libertades en Arabia Saudí.
Loujain ha sido condenada, en las dos ocasiones, por liderar el derecho de la mujeres a conducir un vehículo y porque haciéndolo "perjudica al sistema público". Lo más grave es que justo unos días antes de que Loujain y las otras diez mujeres fueran condenadas, el heredero al trono y hombre fuerte del país aprobaba un ley que lo permitía. Así, con un par.
En Arabia Saudí siguen quedando mujeres encarceladas por causas injustas, como es el caso de Nassima al-Sada, detenida desde mayo de 2018 por pedir el fin del sistema de la tutela masculina.