Revista En Femenino

Lourdes o Susana: ¿Harán la diferencia?

Publicado el 01 octubre 2010 por Daniela @lasdiosas
Por primera vez en la historia de Lima, la ciudad más poblada del Perú, dos mujeres van de punteras en la disputa por el sillón municipal. Llega al final una campaña no exenta de ataques de lado y lado, más de un lado que de otro, algunos destapes, acusaciones, algunas falsas, alguna que otra verdadera, pero acusaciones que han tenido la intencionalidad de deslegitimar a la adversaria, junto a algunas acciones que nunca debieron ocurrir, como la infiltración telefónica a Lourdes Flores o la abierta acusación de ser aliada del terrorismo a Susana Villarán.
Las intervenciones de Lourdes Flores fueron en general más agresivas, quizás por el estilo mismo de la candidata, quien al tener bastante más experiencia en esta lides que Susana Villarán está más acostumbrada a la lucha electoral en los mismos términos que han impuesto quienes han mantenido la hegemonía de la representación política y copado el escenario electoral. La mejor defensa es el ataque, parecería que fue lo que priorizó la candidata en múltiples ocasiones, especialmente cuando empezó a crecer la popularidad de Susana. Ello se hizo evidente en el debate final, cuando lanzó acusaciones incluso sin ningún fundamento, afirmando, por ejemplo, que Perú Support Group, un grupo integrado por personalidades y activistas de derechos humanos británicos, apoyaba a Sendero Luminoso, lo que ha sido ya refutado por el propio grupo con sede en Londres (1). Esta acusación constituye un autogol para alguien que se precia de defender la democracia y los derechos.
Mucha agua ha corrido por el río en esta campaña. Muchos y muchas han hablado de las dos candidatas en diferentes aspectos, desde el vestuario hasta sus amores, y aquí vale preguntarse si a algún hombre le preguntarían sobre sus relaciones, sobre sus ex o sobre si espera encontrar el amor, o son estas preguntas exclusivas para mujeres. Por otro lado, debe mencionarse que como en muchas campañas en las que los medios juegan un papel tan preponderante y en las que especialmente algunos animadores han tenido un rol protagónico, las propuestas suelen disolverse en el bombardeo comunicacional, mostrándonos imágenes fragmentadas de las candidatas, enfatizando en sus personalidades más que en sus programas de gobierno municipal y posicionando muy poco lo que la presencia de dos mujeres en esta disputa significa con relación a la presencia de mujeres en la política.
Señala Amartya Sen que “el aumento del poder de las mujeres es uno de los aspectos fundamentales en el proceso de desarrollo de muchos países del mundo moderno.” (2) En ese sentido, el que dos mujeres estén disputando el poder en el escenario municipal, en un territorio político complejo como lo es una ciudad de más de 8 millones de habitantes, no sólo constituye un reto y una vitrina para evidenciar lo que las mujeres son capaces de gestionar, sino también un hecho histórico y con seguridad una demostración de los pequeños pasitos que se están dando en el país con relación a la reducción de las brechas de género en la representación política y en el fortalecimiento de la democracia.
Por ello, a más de relievar la importancia que tiene para el país el que más mujeres puedan tener espacios para disputar el poder, es fundamental preguntarse y poner un poco el foco sobre sus propuestas y analizar si éstas están concebidas con una perspectiva que responda a necesidades e intereses específicos tanto de los hombres como de las mujeres que habitamos la gran Lima, tomando en cuenta que los espacios en que convivimos, al ser construidos por la sociedad, no son neutros en relación a los géneros. Están impregnados de percepciones sobre lo masculino y lo femenino, comportamientos esperados, ideas sobre los lugares que ocupan o deberían ocupar los hombres y las mujeres en los espacios en que se mueven, miedos e inseguridades, que tienen que ver con el diseño urbano, con la accesibilidad al espacio público y con las políticas que se diseñen para enfrentar las problemáticas que vivimos.
Si revisamos los planes de ambas agrupaciones, podemos ver que ninguno de los dos tiene un análisis profundo de las problemáticas diferenciadas de los hombres y las mujeres en Lima. Por lo tanto, las propuestas se plantean dentro de una neutralidad que se supondría incluyente. Tenemos, por ejemplo, que en relación a la inseguridad que vivimos y que constituye una de las principales fuentes de tensión de la vida urbana, no hay un diagnóstico sobre cuáles son los miedos y temores específicos de las mujeres y los hombres en el plan de Susana para hacer de Lima una ciudad segura, ni sobre si estos miedos y temores son congruentes con lo propuesto por Lourdes en su plan de gobierno, que prioriza cámaras y más policías.
Ninguna de las dos propuestas explica cómo se pretende enfrentar la violencia que sufrimos las mujeres en un medio en que aún, por las concepciones de género vigentes, se nos ve como inferiores, objetos de uso, subordinadas, en que nuestras experiencias, y muchas veces también nuestras denuncias, son menospreciadas. ¿Qué se proponen hacer las candidatas para sensibilizar sobre el impacto de la violencia urbana en las mujeres, para enfrentar la inseguridad que vivimos en la calle, en el bus, muchas veces incluso en los taxis? ¿Qué se proponen para incentivar una cultura de paz y un pacto de convivencia en el que nuestras perspectivas y demandas como mujeres sean consideradas? Llama la atención que en algunos pasajes de los planes de gobierno, la violencia hacia las mujeres se relacione sobre todo con la violencia doméstica e intrafamiliar y con determinado sector social, con las más pobres, con quienes habitan en zonas de riesgo y no se plantee como una problemática que cruza todos los sectores sociales y que requiere por tanto que todas las mujeres accedan a los espacios de protección y ayuda.
¿Cuáles son las propuestas en cuanto a salud y educación tomando en cuenta las brechas de género que subsisten? No se han respondido esas preguntas claramente en los programas ni en los debates, centrada como estuvo la campaña en atacar y responder a los ataques, entre ellos los de Lourdes al SUTEP, al cual acusó de todos los males de la educación en el país. Si bien éste puede tener algo que ver, la calidad de la educación en un país no depende en última instancia del accionar de un sindicato, sino de la voluntad de los gobiernos. Al respecto, hay que señalar, como lo hizo LeonTrahtemberg, que “en el Perú apenas invertimos 3% del PIB en educación y 0,1% en investigación, ciencia y tecnología” (3).
En el caso de la salud, tampoco se ha hablado de las problemáticas de salud de las mujeres y de las respuestas que pueden darse a éstas. Incluso en casos tan específicos como los problemas que causa el cocinar con leña, la referencia a la mujer desaparece..Por ejemplo, en el plan de Susana, se habla de que “un 6.3% de los hogares de Lima (unas 500 mil personas) cocinan predominantemente con kerosene, carbón o leña, con graves efectos sobre la salud de las personas de la vivienda.” Es claro que la gran mayoría de las que cocinan en estas condiciones son mujeres, pero quedan invisibilizadas en el lenguaje. Mientras tanto, lo que más resonó con relación a la salud son los mal llamados hospitales de la solidaridad, que de solidarios tienen poco, pero de tanta defensa, han terminado siendo el non plus ultra de las posibilidades de acceder a salud, cuando si bien han funcionado en algunos aspectos y han posibilitado el acceso a la consulta a muchas personas, en otros dejan mucho que desear.
Me pregunto y he preguntado en mi propia encuesta personal si el hecho de que sean dos mujeres punteras en estas elecciones ha marcado la diferencia. Por ahora no la veo, y muchas de las personas con las que he hablado tampoco. Se requiere de todos modos un mayor análisis, más profundo. Quizá lo que si es novedoso en estas elecciones es el hecho de que sectores de izquierda estén con posibilidades de ganar una contienda tan importante, que vemos mucha juventud que se vuelve a interesar en los procesos políticos en ambos partidos y eso sin duda revitaliza la democracia, que Lourdes se demostró humana como todos y todas que puteamos en privado y que pese a la dureza con que se presenta, algo teme, algo le hicieron, algo de lo que no puede hablar, algo que la obliga a “tener que quedarme callada”. Susana, por su lado, mostró capacidad de resistencia y aguante, tranquilidad y paciencia, también sus deficiencias y equivocaciones, humana al fin. El domingo es el día, y lo que sí es cierto es que gane quien gane, los destinos de la gran Lima los dirigirá por 4 años una mujer. ¿Hará ella la diferencia? Esperemos que sí.
Notas:
(1) Comunicado del Peru Support Group, 28 de septiembre del 2010 http://www.perusupportgroup.org.uk/files/fckUserFiles/file/FINAL%20Spanish%20-%20PSG%20Letter%20on%20Lourdes%20claims%20[280910].pdf
(2) Amartya Sen, Desarrollo y libertad, 3ª edición, Editorial Planeta Colombiana, 2001
(3) http://www.trahtemberg.com/entrevistas/1468-educacion-peruana-cero-a-la-...

Por Rosa Montalvo Reinoso[email protected]Noticias Ser PerúLa Ciudad de las Diosas

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