Love 3D, orgasmos en tres dimensiones

El director argentino Gaspar Noé, comenzó su carrera como director de cortometrajes en 1985, pero no sería hasta 1998 que dirigiría su primer largometraje, Seul contre tous (Sólo contra todos).Noé es un director que parece madurar sus proyectos, dejando un mínimo de 4 años entre cada uno de sus largometrajes. Largos espacios de tiempo en los que se ha dedicado a realizar cortometrajes o segmentos de otros films.
Contando la presente Love 3D, en 17 años el cineasta radicado en Francia, tan solo ha rodado 4 largometrajes. En este aspecto me recuerda a Daniel Monzón, director que también extiende su carrera como la mantequilla sobre una tostada caliente, el mallorquín, en 14 años sólo ha rodado cinco largometrajes.
Sin desviarnos más del tema. La historia escrita por Gaspar nos presenta a Murphy que se despierta junto a su esposa y su hijo de dos años. Escucha el mensaje, la madre de Electra, muy inquieta, le pregunta si tiene noticias de su hija que está desaparecida. Teme que le haya sucedido algo grave. Murphy se encuentra solo en casa, recordando su historia de amor más grande; dos años con Electra. Una pasión llena de promesas, juegos, excesos, errores...

Rechazo del proyecto

Tal como anunciaba Noé al principio de la proyección, el proyecto fue escrito antes de realizar Irreversible, ésta fue consecuencia directa de la desestimación de los productores tras presentar el guión de Love -inicialmente iba a llamarse Peligro- con Monica Bellucci como protagonista. En su lugar, Noé llevó a cabo Irreversible. En efecto, los productores debieron flipar por haber rechazado Love cuando éste presentó su alternativa -Irreversible- terminada.

17 años más tarde, el proyecto se lleva a puerto. Los fans de Irreversible veremos en Love aspectos técnicos similares; su fotografía e iluminación; ciertas partes del montaje realizadas de la misma forma, contadas de final al principio.
Recurso que fue usado íntegramente para Irreversible, pero que aquí, se limita sólo a ciertas secuencias. Además, nos brinda un desenlace con leves matices al Rectum de Irreversible, a pesar de esas similitudes, Love es en realidad un film mucho menos transgresor, de aires más sofisticados, pero sin la pretenciosidad que aparenta ostentar, sobre todo, en primera instancia.
Una película, que personalmente, me ha parecido noble. Lástima que su mensaje termina cansando al espectador. Rondando como abeja en flor, su desenlace da demasiadas vueltas a una misma idea ya presentada a lo largo de la película. Un mensaje final que se desvirtúa al reiterarse a sí mismo. Para mi gusto, sintetizando algunas escenas a lo largo de la película, que podrían llegar a recortar su duración en 30 minutos, hubiera quedado un film más que notable.

Captar la atención

La intención de Noé, sigue siendo la de llamar la atención entre el público, y efectivamente, lo consigue. Love dará que hablar, pero no como en Irreversible, que lo hacía por la crudeza de sus imágenes; como la del extintor o la del túnel. Sino por esa muestra pornográfica que ya perpetró Lars Von Trier en su Nymphomaniac.

Salvando toda distancia entre ambas, incluso la pretenciosidad de Von Trier en sus dos entregas, es un recurso tan poco habitual en una película tan convencional, lo que hace llamativo al conjunto. Love es una película que aunque parezca pornográfica, no lo es, al menos no al uso. En ella se tratan los tópicos del amor desde un prisma distinto, evoca al sufrimiento y el dolor emocional.
Las secuencias mezclan el erotismo de forma muy certera alejándose de la vulgaridad de una película clasificada X, que igualmente, nos mantendrá tan excitados como una película pornográfica, eso es un hecho. Secuencias de larga duración en las que, la gran mayoría de veces nosotros querríamos ocupar el lugar del protagonista.
La historia, al margen de sus redundancias argumentales, es interesante, pero es cierto, que el reclamo principal para el público reside en unas imágenes que de ser eliminadas harían perder puntos de interés entre la mayor parte del público, entre los que me incluyo.

Eyaculación en 3D

Noé eyacula en nuestra cara, literalmente, en una historia que mezcla pornografía con sensualidad y erótismo de una manera muy acertada. Las solventes interpretaciones del tridente protagonista, nos transporta por un carrusel de emociones y sensaciones distintas. Si bien únicamente Karl Glusman es actor declarado, Aomi Muyock y Klara Kristin se muestran totalmente naturales ante la cámara. Murphy, Electra y Omi, respectivamente, un menage a trua compuesto por personajes tan distintos e intensos, y que plantean la monogamia como algo inconcebible en una sociedad puritana y un concepto imposible como para perdurar toda la vida. Un film notable mermado por su incapacidad de sintetizar la idea y su mensaje. Siempre nos quedará lo pornográfico.