Fecha: 21 abril 2016
Asistencia: 2.000 personas (lleno)
Artistas Invitados:
Ignición en la galaxia lesbiana
Después de haber llegado a límites de sobre exposición absolutamente extremos, Love of Lesbian consiguieron ejecutar su necesaria maniobra de escapismo y desaparecer del mapa resguardándose en su propio universo mientras gestaban su regreso discográfico de la mano de 'El poeta Halley'. Y con el álbum ya en la calle, lo que toca ahora es volver a los escenarios oficialmente después de algo más de un año (y algunas presentaciones esporádicas).
Porque este jueves 21 de abril de 2016, la banda catalana ofreció en La Riviera el primero de los tres conciertos consecutivos con los que se abre su nueva gira española y, a tenor de lo visto en la sala madrileña de las dichosas palmeras, su gente estaba ya desesperadita por volver a reunirse para cantar recientes y añejas canciones. Dejándose los pulmones en el camino.
Flotaba en el local, pues, el nerviosismo del reencuentro después de un tiempo prudencial y necesario para tomar distancia, coger impulso. Para que las partes descansaran e hicieran ganas. Para que tuvieran algo que contarse y evitar caer en esa rutina que conduce a la inercia y de ahí al más que probable descalabro por pura indiferencia.
Evitado ese extremo fatal, la realidad es que Love of Lesbian regresan revitalizados gracias a 'El Poeta Halley' tal y como se pudo comprobar desde que la nave comenzó a combustionar con temas nuevos como 'Cuando no me ves' y 'Bajo el volcán', sorprendentemente ya coreadas con furia por el público, con preponderancia de voces femeninas que diríase entraron en cierta suerte de éxtasis ante la recuperada 'Maniobras de escapismo', primer viaje al pasado en el cancionero del grupo.
Un grupo (con Ricky Falkner como gran fichaje para ganar empaque en directo) en el que también se aprecia el nerviosismo derivado del ansia viva del reencuentro, y que se nota en diversos desajustes menores salpicados durante la velada, y que sin duda serán subsanados a medida que la gira alcance su velocidad de crucero. Pero ya se sabe que es durante el despegue cuando todo más se contonea y más inestable parece. Y más vulnerables nos hace sentir.
Un Santi Balmes que mantiene esa esencia que las enloquece, mitad niño pillo, mitad hombre castigado por exceso de sensibilidad. Y que mantiene, también, una voz y un carisma fuera de toda duda sobre las tablas, acompañado de comentarios certeros entre canciones, de sonrisas y gestos compartidos con el público y con el resto de la banda, que a estas alturas ya parece menos inquieta y se dedica más a dejarse llevar y disfrutar del momento. Porque saben que ya están a la altura necesaria para encontrar la estabilidad durante el trayecto.
Discurre el recital con 'Contraespionaje', otro de esos temas que muestran la faceta emotiva y pausada de Love of Lesbian (con otro hábil punto de comunión al entonar ese "era la vida, imbécil"), que encadenan después 'Segundo asalto' (rematado con unas líneas del 'Porque te vas' de Jeanette), 'Oniria e Insomnia', 'Océanos de sed' y 'Belice'.
Una vez superado este tramo central que incide en la parte más evocadora y menos festiva del grupo, hay una brusca turbulencia que nos obliga a todos a volver a ganar altura y velocidad con 'Incapacidad moral transitoria', 'El Yin y el Yen' y 'Club de fans de John Boy', haciendo las delicias de quienes prefieren esa parte más alocada y festivalera que propia el disloque y ahuyenta las tentaciones de excesivas reflexiones.
Hay tiempo todavía para adentrarse en 'Psiconautas', pieza de casi diez minutos que va del pop optimista a la electrónica psicotrópica antes de desembocar en la grandilocuencia de ese rock ampuloso que incita a saltar al vacío y disfrutar de la caída hacia la ciudad soñada, de utopía capital. La que está más allá.
Al otro lado del breve descanso lo que desde luego está es el bis con 'Houston, tenemos un problema', 'Manifiesto delirista', 'Si tu dices Ben yo digo Affleck' y el habitual despiporre de feliz festejo derivado de la ingesta indiscriminada de 'Algunas plantas'. Tras este cuarteto de temas se constata que aunque el personal disfruta la faceta intensa y emocional del grupo, está en realidad deseando constantemente una excusa para vocear y contonearse. Como la vida misma, en definitiva.
Y desde tan arriba es desde donde comienza el aterrizaje definitivo con 'El ciclo lunar de Halley Star', idóneo cierre con su vigor electrónico, su onírico interludio de flote mental y su coda lisérgica para evitar tensiones de más en el siempre inquietante aterrizaje. Es cuestión de confianza hacia los que están a los mandos, a estas alturas no queda otra. Porque además, los años de eclipse ya se van de aquí, al fin.
Y mientras la nave va perdiendo velocidad en su rozamiento con la Madre Tierra, cerrar los ojos, respirar profundo, hacer balance del periplo: es complicado encontrar el punto exacto de equilibro entre las dos caras antagónicas del grupo, entre el telépata de Dublín y el evocador y fantasioso poeta Halley. Porque no es una tarea fácil bajar al poeta Halley al duro suelo y que todo encaje. Pero la misión no ha hecho más que comenzar y Love of Lesbian están en la tarea. El viaje merece la pena y ellos van a arriesgar con todo lo que tienen.