Generar un concepto de LoveMarks y aplicarlo a un proyecto de negocio exige concebir la idea y poner en marcha toda una estrategia de acciones para la construcción de los valores que crean Reputación y para levantar este valor referencial es preciso idear el diseño de forma que vaya más allá del simple Impacto de Compra.
LoveMarks es raíz de árbol propio y diseñado solo como hojas que ocultan tronco o raíz que define, con absoluta claridad, en la experiencia del interlocutor, aquello de lo que le molesta e incomoda de la rígida Imagen Corporativa no deja de ser una construcción tan endeble que ante cualquier elemento expuesto como acción que revele procedimiento o estrategia corporativa que busca solo su propio beneficio, tiende a ser devuelta a todos los puntos de encuentro, como la prueba irrefutable de la que nace la falta de éxito total en intentos de fidelización, más allá de hasta donde dura la oferta o hasta el límite legal que por imposición se ha de imponer al interlocutor y que revierte en la percepción, como la prueba definitiva de que el modelo de negocio, no es poseedor de la máxima calidad en su Valor Funcional o en cualquier aspecto relacionado con el, como puede ser el servicio de post ventas o atención al cliente.
Despertar emociones positivas que desemboquen en compromisos de fidelidad implican a toda la estructura del proyecto empresarial y no solo a departamentos comunicadores de mensajes o diseñadores de Imagen para ser altamente efectiva.
Cuando todo el tejido interno desarrolla su tarea en un contexto donde la prioridad es levantar un concepto completo de LoveMarks el contenido que da cuerpo al Valor de Responsabilidad Social Corporativa se genera de forma, totalmente natural y los canales de comunicación de la veracidad de este valor, acompañado del compromiso de obligado cumplimiento encuentra en todos y cada uno de los empleados cuidados para que sean capaces de trasladar a sus pequeñas o grandes rutinas soluciones satisfactorias que beneficien tanto al proyecto, como a todos los grupos interesados en el, el embajador perfecto de la LoveMarks.
En activo más costoso de cualquier propuesta empresarial es el empleado que usado de forma mecánica, devuelve la inversión en función de cantidad y calidad de producción en relación al Valor Funcional, sin embargo, una loveMarks para ser comunicada y aceptada, requiere que la fuerza de trabajo sea transformada en embajadores con la habilidad necesaria para convertir el producto de su labor en el mismo canal de comunicación del Valor emocional, realizando funciones de diplomacia extrema que trasladan el compromiso real y tangible de toda la estructura.
Considerar la potenciación de la productividad como la cualidad que devuelve por la remuneración económica un aspecto del Valor Funcional encomendado enriquecido con la clara intención manifiesta de ser beneficioso para todas las partes, necesariamente implican al modelo de negocio en la construcción de un espacio y condiciones de trabajo adecuados para la apertura de habilidades de talento y creatividad y la devolución de esta inversión revierte en la aparición de los mismos valores que luego van a ser comunicados al tejido externo, de implicación, interacción como soportes de Valor Emocional y fidelización, compromiso como los cimientos de construcción del Valor de Responsabilidad Social Corporativa.
El perseguir una productividad que solo cuantifica resultados en ventas, garantiza el éxito de una propuesta y confiar solo en este aspecto no permite acometer la labor de construcción de una Reputación óptima porque, emite en todos los puntos de encuentro, el objetivo que termina por alejarla de la experiencia de los grupos interesados a descubrirla, como la rígida Imagen Corporativa de la que huyen.