Revista Cultura y Ocio
Biobrafía:
Lovis Corinth (1858-1925).
Lovis Corinth nació en la mitad del siglo XIX, en un pueblito llamado Tapiau en ese entonces bajo el dominio del Reino de Prusia. Tras la segunda guerra mundial Prusia del Este se esparció entre lo que hoy es Lituania, Polonia y Rusia.
Este pintor, ayer prusiano hoy alemán, es quizás uno de los más grandes olvidados de la historia del arte.
Las razones las podemos apreciar en su vida, obra y quizás en lo más relevante: la época que le tocó vivir.
Una época esa, del siglo XIX, que era regida por parámetros censuradores bajo el canciller “de hierro” Von Bismark, y luego los Kaisers Guillermo I y II. Para rematar hasta la mitad del siglo XX fue controlado por las ideas de la gente del poder en ese entonces, Hitler y sus muchachos, que catalogaron su Arte como “Degenerado”, con mayúscula. Esto hoy es signo de buen “hombre” y buen artista pero en ese periodo era algo frustrante, sinónimo de penurias económicas, sociales y carente de todo reconocimiento estatal, un paria en definitiva.
Conociendo la obra y vida del artista, poco le importó los aplausos en vida, quizás si los aplausos después de muerto; una lastima tanta demora...//
...//Corinth estudio Arte en la Academia de Munich, que por ese entonces era la ciudad rival de París en todo lo relacionado con Arte de vanguardia. Viajó a París, a finales del siglo XIX, donde conoció a Coubert y su estilo Impresionista, ahí cambia su paleta formal y académica por esta nueva manera de tratar el color, con un pincel más suelto y revolucionario.
Claro que esta es una interpretación libre de mi parte, Corinth siempre negó conocer los impresionistas, quizás por el hecho que el Grupo jamás lo aceptó, las envidias e intrigas habituales entre artistas.
La vida de Corinth fue un exceso de todo tipo, se casó con una de las primeras estudiantes de su Academia, Charlotte Berend, mujer que retrató en numerosas ocasiones, como el autorretrato del inicio, realizado de una forma transgresora, sin tapujos morales. Fue la “Musa” de toda su Obra y el pie a tierra para enfrentar el desenfreno de su vida.
A su regreso a Munich forma parte del Grupo berlinés “Sezession” del pintor Max Liebermann, el cual llegaría a liderar tras el retiro de este...//
...//Su paleta se torna más expresionista en 1911, algunos críticos atribuyen el cambio a una parálisis de su mano que lo obliga a trazar sin tanto detalle, coloreando para tapar el defecto. Para mi modo de ver, este juzgamiento es apresurado y liviano; el vuelco al expresionismo es producto de seguir los vaivenes del tiempo, como también es producto de la necesidad del hombre de encontrar un nuevo camino para representar los objetos con una mirada innovadora y libre.
Con un carácter excesivo, rayando lo paranoico, Corinth realizo autorretratos en todos sus cumpleaños, a partir del comienzo del siglo XX, en ellos vemos la evolución del hombre como vemos la evolución de su estilo. Siempre buscando romper las tradiciones estéticas, ya sean estas relacionadas con todo lo del Arte o de la belleza humana.
Corinth experimento con casi todas las técnicas de la Pintura, excepto la aguatinta, utilizó el óleo, el grabado, el dibujo, la litografía, etc., para sacar esas ideas de su cabeza, más de 900 obras son su legado.
Los desnudos, el sexo, la muerte, temas bíblicos y mitológicos, todo esto entró en su gran producción, siempre con un estilo que buscaba choquear al espectador, con Obras intensas, grotescas, llenas de significado y humor.
Talvez su vida nos deja un cierto aroma a Anders Zorn, por el gusto a las mujeres y el alcohol, pero se nota el elemento germano de principios de siglo XX en Corinth, un expresionismo latente, vivo y rompedor.
Corinth le dijo a un amigo, Leo Michelson, el modelo para la figura de Cristo: “Quizas este sea mi último cuadro” era “Ecce Homo”, un mes después de finalizarlo murió, mientras visitaba Holanda viendo las Obras de su querido Rembrandt.