La llamada capital del Norte en Laos, es sin duda alguna la ciudad más conocida y apreciable del país, y bien lo merece debido al gran patrimonio arquitectónico que tiene en medio de la selva, y me refiero tanto a grandes templos budistas muy bien conservados (tanto exterior como interiormente), como el Palacio Presidencial en su momento (imag0102) y que eran dignos de admiración en un lugar tan aislado como este.
Toda la ciudad se puede disfrutar desde lo alto de la colina que preside la población justo en su centro (imag03) y que da idea de lo aislado del lugar junto al río Mekong, para cruzar este río hay diversas maneras, por un lado están los puentes que cruzan el afluente de estructuras en bambú casi inverosímiles (imag04), pero cómo no, también se cruza el río en barco, con camiones y motos en barcazas, para poder apreciar la ciudad desde la otra orilla y ver algunos paisajes dignos de admiración, como los arrozales (imag05), pero sin duda de lo que más se puede disfrutar en la ciudad es de las construcciones de clara influenciaE uropea (imag06) en cada esquina de esta diminuta población para el tamaño de la selva que la rodea, es un lugar muy tranquilo y agradable ya con buenas instalaciones hoteleras básicas, además de un aeropuerto semi-internacional. Eso unido a su relación con el budismo y el rito de sus monjes de pedir comida (arroz) cada madrugada a las 6am a todos los habitantes del pueblo a cambio de rezar por ellos, lo convierten en un lugar a proteger.