Afganistán ha sido desde hace milenios tierra de paso, por su posición estratégica y por sus riquezas naturales. Por desgracia esto ha significado muchas guerras, a veces militares y a veces de otros tipos, que se han llevado por delante sus tesoros.
Ahora, una nueva amenaza se cierne sobre el complejo monástico de Mes Aynak, uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Oriente Medio: se han descubierto grandes reservas de cobre bajo él (las segundas mayores del mundo, con una estimación de más de seis millones de toneladas), y la empresa minera China Metallurgical Group ha obtenido licencia para explotarlas.
Los preparativos para la construcción de la mina ya han comenzado, pero aún queda tiempo para salvar cuanto se pueda antes de que empiece la extracción. La empresa dejó un tiempo de margen para realizar excavaciones de urgencia, pero cuanto más se excava más se descubre y los arqueólogos que trabajan a contrarreloj temen que no haya tiempo para salvarlo todo, ya que desconocen la magnitud real que puede tener.
El yacimiento de Mes Aynak consta de un gran complejo monástico de dos mil años de antigüedad como mínimo. Aunque es conocido sobre todo por sus reliquias budistas, los arqueólogos han descubierto que el yacimiento se remonta hasta hace unos 5.000 años, conteniendo objetos de todas las épocas desde la prehistoria. Desde que empezaron las excavaciones de recuperación se han encontrado más de 400 estatuas, estructuras como una gran estupa budista y otros tesoros.
El arqueólogo Phillipe Marquis, que trabaja en Mes Aynak, considera que este es uno de los sitios arqueológicos más importantes en las tierras de la Ruta de la Seda y que alberga restos de varias civilizaciones que pueden ser de una importancia crucial para excavar en la historia de Oriente Medio, especialmente de aquellas culturas y épocas de las que hay pocos o ningún registro escrito. Fredrik Hiebert, de la National Geographic Society, cree que aún tienen un cierto margen de tiempo (desde unos meses hasta tal vez dos años) antes de que empiecen los trabajos de la mina. Una carrera contrarreloj entre la cultura y la economía.