No, Irán NO es lo que nos han contado.
¿A qué se parece Irán?
Es como Marruecos+Egipto+Estambul+Jordania pero más limpio, más refinado, más cuidado, más elegante, más culto, más educado, más sutil, más poético, más profundo, más delicado, más civilizado...
En Irán, nos quedamos mudos. Bonito, precioso, bello, hermoso, todos nuestros calificativos se quedan cortos.
La belleza es tal, que uno se vuelve poeta porque las palabras cotidianas no expresan lo que sentimos.
Irán no es el este de Irak ni el sur de Afganistán. Irán es Persia. Irán es Ciro el Grande, Darío y Jerjes. Irán es Avicena, es Ferdosi, es Hafez. Irán es el alma de la cultura islámica refinada de dónde salieron los arquitectos omeyas, la Mezquita de Córdoba, la Alhambra, de donde salieron Averroes y el Aristóteles medieval, de donde vinieron las guitarras y el cante hondo.
Agua que corre por acequias a ambos lados de la calle, jardines recoletos, estanques inmóviles como espejos, fuentes que susurran, mezquitas, plazas, azulejos y más azulejos. Casas de hielo, palomares de adobe y torres del silencio.
Ve a Irán Volarás No te lo pierdas.
No te creas las mentiras de los que meten odio en nuestro corazón. Irán quiere la paz Como tú y como yo.
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