Déjame decirte que sólo tenemos una vida, una sola y pasa demasiado rápido, pero esto ya lo sabes. También sabes que algún día tendrás que dejar esos malos hábitos que te acompañan desde hace años y que sólo te hacen sentir cada vez peor. Pero eso también lo sabes. Te arrastras cada día por la vida pensando “mañana lo haré”, “hoy no tengo tiempo” cuando sabes que no es cierto. Lo sabes, y aun así te mientes a ti mismo para callar las voces de tu cabeza que te dicen que no estás yendo por el camino correcto. Te has dado cuenta de que lo que tienes no es lo que esperabas, lo que soñabas, pero te conformas un día más. También sabes que tendrás que plantarte un día frente al espejo y decir ¡basta! pero no lo haces.
Déjame decirte que la vida no regala nada, que las oportunidades no llaman a tu puerta y que la felicidad está en las pequeñas cosas de la vida y no en los grandes momentos. La felicidad hay que buscarla cada día en los momentos más simples que nos podamos imaginar, porque la felicidad no se compra. Sí, pero esto también lo sabes.
Déjame decirte que nunca es tarde, que la edad es sólo un número que vamos sumando cada año pero al final, es sólo eso, un número que nos inventamos para poner una bonita vela de cumpleaños en la tarta. Un número. Una vela. Sólo eso.
Déjame decirte que los “mañana empiezo” y los “para el año que viene” ya no sirven. Que lo único que existe es el presente y tú vives a camino entre el pasado y el futuro. Pero eso ya lo sabes.
En realidad sabes todas esas cosas y estás cansado de oírlas pero pasan por tu mente rápidamente sin que te pares a pensar en ellas ni un solo momento. Y es que ahora mismo, mientras lees estas palabras es cuando tienes que plantarte enfrente del espejo y decir ¡basta! Y es que… ¿Cuándo vas a empezar a luchar por tus sueños?