Revista Ciencia

Luchemos para parar la guerra en Ucrania y salvemos el planeta

Por Francisco Nebot Edo
Luchemos para parar la guerra en Ucrania y salvemos el planeta

Nos estamos haciendo eco en todos los medios de comunicación tanto escrita como en la televisión, de la auténtica barbarie que supone esta invasión por parte de Rusia a un país como Ucrania. Esta guerra que está causando tanto dolor entre la ciudadanía por su crueldad sin parangón supone creo yo, un antes y después de nuestro mundo moderno por su sin razón. Pero hay una guerra que ya lleva mucho tiempo entre nosotros, la del cambio climático. En este post trataré de mostraros que poco a poco podemos reducir nuestra dependencia por todas aquellas energías cuyo origen son los combustible fósiles y así mismo poder cortar la mayor fuente de ingresos de la guerra de Putin: el gas natural.

Y es que el 45% del gas que se importa en la Unión procede del país atacante. Pero no acaba aquí nuestra dependencia, puesto que casi el 30% del petróleo y el 46% del carbón, también bien desde estas latitudes. Estos datos procedentes de la agencia Eurostat y que marcan los valores relativos a la energía consumida en el bloque muestran una clarísima dependencia nuestra a Rusia. Por ello, Borrell, en sus últimas declaraciones, pedía, casi suplicaba que hiciéramos un esfuerzo natural, con el fin de acabar con esta cruenta guerra. Según sus declaraciones clamaba por “un esfuerzo individual igual que se hace con el agua cuando sequía o nos ponemos una mascarilla para afrontar la pandemia«.

Siguiendo los consejos desde la Unión Europea y que Josep Borrell, como alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, propuso a los medios. Así según sus declaraciones todos los ciudadanos europeos deberíamos reducir el consumo de nuestros hogares y empresas con el fin de disminuir la dependencia del gas y el petróleo procedentes de Rusia.

Desde nuestra posición ciudadana deberíamos empezar a adoptar una serie de medidas para conseguir una progresiva dependencia hacia todo aquello que proceda de un origen fósil. De hecho la Agencia Internacional de Energía (AIE), señala la necesidad en nuestra reducción del consumo como una de las armas esenciales para reducir la dependencia con Rusia. De facto, si se bajase 1ºC la temperatura de las viviendas europeas, la importación de gas ruso decaería un 6,5%, lo cual es una cifra nada despreciable. Obviamente, en España, la calefacción, con miras de que ya estamos prácticamente en primavera, la podríamos desconectar completamente.

Tengamos en cuenta que en nuestro continente, se importa un total de  155.000.000 m3 de gas a Rusia, que suponen un total del 45% de las importaciones totales y casi el 40% del consumo total hacia este recurso natural. La Comisión quiere rebajar a dos tercios esta dependencia este año y terminar definitivamente para el 2030. Un proyecto ambicioso que puede prestarse con la voluntad de todos los países de la UE.

La AIE plantea una serie de inmediatas acciones que de adaptase, podrían reducir la dependencia del gas de Putin en un 40%. También, las propuestas incluyen medidas para controlar el incremento en los precios, con el fin de beneficiar a los consumidores vulnerables, que serán sin lugar a dudas, los más afectados en esta inflación.

Tengamos en cuenta que en Europa a día de hoy continuamos pagando unos 600 millones/día a Rusia por su importación de gas. Es por ello que debemos de hacer un esfuerzo para frenar este despropósito. En las siguientes líneas voy a mostraros algunos tips a adoptar en base a las recomendaciones de la AIE y de otros que se podrían implementar a nivel particular:

  • Se propone el no firmar nuevos contratos de suministro de gas con Rusia. De esta forma se rompería la relación de dependencia y la fuente de ingresos que financian esta guerra.
  • Se tratará de reemplazar los suministros rusos con gas de otros países. Con otros países exportadores disponibles, por ejemplo Argelia. Esta reducción si realizamos el progresivo corte del grifo de gas desde Rusia, podría ser de de un 20%.
  • Los países de la UE, deberían introducir obligaciones de almacenamiento de gas para sortear periodos de escasez que se van a producir en el futuro a medio plazo.
  • Para favorecer esta futura dependencia del gas natural, se manifiesta la necesidad de acelerar los nuevos proyectos eólicos y solares para reducir la dependencia de Rusia hasta casi un 4% en un año. España es un país que cuenta con la inmensa fortuna de tener muchas horas de insolación, ¿por que dependemos aún tanto del combustible fósil?
  • Los gobiernos deberían maximizar y apoyar la producción de energía eléctrica a partir de las fuentes de bajas emisiones, como la bioenergía y la nuclear. Con esto se podría reducir hasta un 8,3% la dependencia de Rusia. A día de hoy aunque parezca peligroso la energía nuclear es una fuente de obtención de energía eléctrica segura.
  • Debido a toda una subida que se empieza a ver en las facturas, se deberían promulgar medidas a corto plazo para proteger a los consumidores vulnerables de electricidad.
  • Se tiene que agilizar la sustitución de calderas de gas por bombas de calor como pueden ser las calderas térmicas de aerotérmica. Este sistema de aerotérmica usa una bomba de calor que calienta el agua gracias al intercambio de calor con el exterior. Esto permite generar calefacción en invierno, refrigeración en verano y agua caliente sanitaria (ACS) durante todo el año. Con ello podríamos rebajar hasta un 1,3% la dependencia.
  • Implementar mejoras eficiencia energética en los edificios con por ejemplo un mayor aislamiento y orientación de los edificios de nueva construcción  debe ser el estándar a partir de ayer. También desde el gobierno se deberían de apoyar y subvencionar las mejoras energéticas de las viviendas (doble acristamiento de ventanas, poner paneles con aislamiento térmico, etc.). Todo ello también se podría buscar en la industria  con el fin de disminuir en este aspecto la dependencia como en el caso anterior también sería de un 1,3%
  • Como comente anteriormente en el post, la ciudadanía, debería ajustar los termostatos un grado (para reducir el consumo de ese 6,5%)
  • Se ha de buscar el diversificar y descarbonizar las fuentes del sistema eléctrico, impulsando biometano o baterías para la electricidad. La electrificación de la industria automovilística, está todavía en pañales, pero se ha de intentar acelerar el proceso.
  • Conectado con el punto anterior, a nivel de ciudadanos, se ha de impulsar la movilidad compartida (car sharing), un mayor uso de transporte público reduciendo la movilidad con coche privado a lo absolutamente imprescindible y un mayor uso de bicicleta y movilidad eléctrica en las ciudades. Los gobiernos, tanto central y local deberían participar en una mayor mejora de infraestructuras urbanas para apoyar ese uso seguro de movilidad con biciletas y/o scotters eléctricos.
  • Adoptar una cultura del ahorro de luz que ya todos conocemos, pero que a veces olvidamos: apagar luces en habitaciones donde no estemos, desconectar el standby de los dispositivos electrónicos cuando no estemos en nuestro hogar, reemplazar las bombillas fundidas por otras de bajo consumo como led, etc.

La situación es difícil, todos los sabemos, vienen tiempos duros, no sólo para Ucrania, sino que la tormenta económica y militar va a afectar a un nivel planetario a toda la humanidad. Debemos todos juntos ser fuertes ante esta sinrazón de una guerra absolutamente no necesaria a la que desde estas líneas me opongo y me solidarizo con el pueblo ucraniano.

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[foto_fotografia por akitada31 con licencia Creative Common para su utilización]


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