Ahora que se han emitido ya unos cuantos capítulos de su segunda temporada en USA, y con el reciente anuncio de la ampliación de 13 a 22 episodios debido a sus buenos números de audiencia, me parece un momento ideal para darle un repaso a la primera temporada de esta estupenda serie, todavía poco conocida en nuestro país, pero que se ha convertido por méritos propios en una de las procedimentales más frescas y originales del panorama televisivo actual.
Y no lo diría tras ver sus dos o tres primeros capítulos, pero lo más grande de Lucifer es que crece a medida que avanza y hace que cada vez queramos más y más. Como digo hay que darle el margen de esos primeros capítulos para que nos familiaricemos con los personajes y el entorno, pero una vez dentro ya no querréis salir.
Como decía al principio, Lucifer es una serie de tipo procedimental de lo más clásica, con policía guapa a la que se cuelgan un asesor externo por sus "particulares" dones para ayudar a resolver crímenes. Pero no os dejéis engañar, si bien pueda parecer que os estoy hablando de una nueva Castle, El Mentalista o Rosewood, aquí la gracia está en que el ayudante es el mismísimo Diablo, que ha decidido abandonar el Infierno aburrido de sus quehaceres allí. Así que ha cogido sus poderes y se ha establecido en La Tierra, ha abierto un club y se dedica a disfrutar de la buena vida entre los mortales.
Además, no se ha venido solo, sino que tras él vendrán otros seres de carácter divino que irán trazando a su alrededor una trama de lo más interesante capítulo tras capítulo, hasta rematar con un excepcional clifhanger a final de temporada que hará que corráis a empezar la siguiente.Lo bueno de la serie es que crea sus propias referencias y mitología, descolocándonos un poco a respecto de lo que creíamos conocer sobre determinados personajes como Lucifer, Dios, los ángeles, etc.
Es imposible no caer rendido a los pies de este divertido, adorable y socarrón Lucifer interpretado por Tom Ellis (si la veis en versión original podréis, además, disfrutar de su excelente voz y su elegante flema británica) y su compañera Chloe, interpretada por Lauren German.
Como acaba por suceder en este tipo de series, aunque interesantes y necesarias, al final, las subtramas autoconclusivas de cada capítulo son lo de menos y lo que realmente nos traerá de cabeza es la trama subyacente de los personajes principales.
La primera temporada consta de 13 capítulos que hace poco terminaba de emitir Antena 3, ¡como no! con su habitual e incomprensible maltrato sistemático a ciertas series (algo parecido sucedió con Supergirl aunque el nivel de calidad de ambas es muy diferente). Parece ser que, en estos momentos, la emisión de la segunda temporada en España está en el aire y no hay garantías de que vaya a emitirse siquiera.
Una vez más, gracias Atresmedia por vuestro gran trabajo.Por suerte, siempre nos quedará Internet.